Este viernes 12 de septiembre se estrena en España Sólo Javier, una película que retrata el viaje espiritual de Javier Sartorius, un joven aristócrata del siglo XX que triunfaba en el deporte, hacia la radicalidad evangélica. 

Javier Sartorius Milans del Bosch falleció en 2006 a los 45 años. Durante su juventud y su primera madurez se volcó en experimentar, vivir la noche y desarrollarse como tenista, faceta en la que llegó a ser un triunfador. 

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Pero para cuando le llegó el éxito, una mecha había prendido hace tiempo en su interior y su búsqueda radical de una vida verdadera, que incluyó una relación estrecha con espiritualidades orientales, le llevó a Perú, donde recuperó la fe que había abandonado durante décadas. 

Después fue enviado a España, a formarse para ser sacerdote en el seminario de los Siervos de los Pobres, pero su anhelo de vivir la pobreza fue más fuerte. Lo dejó para vivir en las calles de Barcelona como una persona sin techo más, hasta que recaló en el Santuario de Lord, un enclave en el Pirineo leridano donde encontró su vocación. 

Tras varios años, por obediencia, reanudó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Interdiocesano de Barcelona, pero una enfermedad truncó estos planes poco antes de su ordenación en 2006. Sus últimas semanas de vida las pasó en el monasterio cisterciense de San Miguel de Dueñas, en León, donde murió atendido por las religiosas. 

Sus restos descansan en el cementerio del santuario de la Virgen de Lord, cuyos cimientos se encargó de excavar personalmente. 

“Probó absolutamente todo”

“Los caminos del Señor son los que son y sobre todo, los tiempos. Javier en el menú de la vida probó absolutamente todo”, resume su hermano Mauricio en conversación con ACI Prensa. Sin embargo, subraya que lo importante de la película, que no oculta nada, pero sí es sutil en este punto, es que interpele al espectador de verdad. 

“Yo lo que quiero, y lo pido de hecho en mi oración, es que ojalá toque corazones, ojalá la gente sienta la curiosidad de parar y decir qué es lo que ha Javier le ha pasado”, para pasar de tener como referencia al tenista André Agassi a fijarse en San Francisco de Asís. “Tuvo un encuentro brutal con Jesucristo cara a cara”, subraya Mauricio.

El P. Joan Durbán, que se convirtió en el acompañante espiritual de Javier en Lord, explicó en una carta el propósito del documental que ahora ve la luz: “¿Qué tenemos entre manos? Mostrar al mundo la fiesta de nuestro corazón, al constatar con gran júbilo, que este hermano nuestro ‘estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue hallado…’ (Lc 15). Queremos transmitir la alegría que emerge de pasar del engaño a la verdad, de la oscuridad a la luz, del egoísmo a la caridad y eso a través de una persona concreta que se llama Javier”.

Radicalidad evangélica

A lo largo de su vida tras su conversión, Javier escribió numerosas cartas a su familiares, algunas de las cuales se podrán leer en un libro que estará, bajo el mismo título, disponible próximamente.

Mauricio reconoce que, al leerlas, pensaba: “Este tío está más perdido que un burro en un garaje”, y cada vez que les contaba sus planes su reacción era “otra historia más” de Javier.

Las cartas manuscritas estuvieron guardadas durante un tiempo y Mauricio las releyó en 2006 tras la muerte de su hermano, llegando a una conclusión: “Ha pasado una cosa con la vida de esta criatura y no nos hemos enterado absolutamente nadie”.

Una de ellas, fechada en marzo de 1995 desde el Santuario de Lord, es especialmente significativa para Mauricio, porque en ella se refleja que “es una persona que estaba con Dios”, tanto que al leerlas, la sensación es que “Jesucristo me está hablando”. 

Por eso, la película “es sobre Jesucristo, porque el modelo de Javier era Jesucristo”. No en vano, sus dos libros de cabecera eran la Biblia y la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis: “Y Javier no quitaba ninguna coma ni ningún punto. Para Javier la palabra ‘sin embargo’, ‘pero’, en su diccionario nunca estaba: era radical”. 

Tomás Farrell, actor que da vida a Javier en el documental, coincide con Mauricio: “La palabra radical suena como algo extremista, como algo malo. Pero algo muy bonito de Javier es que en su corazón tiene una idea, tiene una llamada y entonces la persigue, pase lo que pase” hasta encontrar “la verdadera riqueza en la sencillez de Dios”, explica a ACI Prensa.

“¿Has hecho ya las maletas?”

Pocos días antes de que Javier muriera, Mauricio recibió una llamada de su hermano, postrado en la cama del monasterio. Estaba a punto de irse al aeropuerto de Pekín para ir a Hong Kong y, como veía que Javier no terminaba de hablar después de un rato, le advirtió de que se tenía que ir. 

“¿Has hecho ya las maletas?”, preguntó Javier. Mauricio le dijo que era obvio que sí, que estaba yendo al aeropuerto. “No sabes de qué maleta te estoy hablando”, añadió. 

Mauricio destaca que esto era característico de Javier, pues “siempre enfatizaba mucho el ‘estar preparados’”. En ocasiones, preguntaba: “¿Si te quedara una semana de vida, qué harías?”, recuerda su hermano, que desea que este mensaje sea uno de los que más cale en los espectadores. 

“Huimos del santo de estampita”

El director de Sólo Javier, Josemaría Anglés, explica a ACI Prensa que al tener las cartas entre sus manos, consideró que estaba leyendo “ a una especie de San Agustín”, que trataba de “intentaba orientar a algunos familiares suyos en temas relacionados con la vivencia de la fe o la moral”.

Para realizar esta película, comprendió que “era necesario que también mostráramos un conflicto dentro de Javier, no simplemente grabarle en sitios haciendo cosas”. Así, se refleja el conflicto interno cuando le piden que vuelva al seminario, las enormes dificultades que la enfermedad le causaba,  y, en el plano espiritual, “lo que podríamos llamar la noche oscura del alma”.

Así, la cinta muestra a Javier, “derrumbándose, tambaleándose, dudando o luchando contra sí mismo. Huimos del santo de estampita”. 

“Nos gustaba mucho esta faceta de lucha ascética y de lucha interior de Javier, porque creemos que cualquier persona se puede identificar con ella”, añade. De hecho, la película, que puede ser atractiva para el público católico, está planteada de tal forma para que la disfrute gente no creyente o alejada de la Iglesia.