El Obispo de Rancagua (Chile), Mons. Guillermo Vera, presidió este domingo la Misa en memoria de los seis trabajadores fallecidos en el accidente ocurrido el jueves en la mina El Teniente y se unió al dolor de la comunidad ante la tragedia, pidiendo que lo ocurrido “nos una como familia y haga fecundo el deseo de cuidarnos unos a otros”.
El accidente se produjo en la tarde del jueves en la mina subterránea de cobre más grande del mundo, cuando un sismo de magnitud 4.2 se desarrolló a 300 metros de profundidad, haciendo colapsar un sector de una de las áreas subterráneas de trabajo, 600 metros más abajo.
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Tras varios días de búsqueda en condiciones extremas, los equipos de rescate lograron encontrar los restos de los seis mineros, comprobando que no hubo sobrevivientes. Las víctimas fueron Pablo Tapia, Gonzalo Núñez, Carlos Arancibia, Alex Araya, Jean Miranda, y Moisés Pavez.
Como consecuencia del incidente —cuyas causas se encuentran aún en investigación— nueve personas resultaron heridas y se encuentran fuera de peligro.
La Eucaristía en memoria de los seis mineros tuvo lugar en la iglesia Buen Pastor, y contó con la presencia de familiares y allegados de las víctimas, y autoridades nacionales, provinciales y locales.
“En la vida siempre hay imponderables, y hoy nos toca vivir uno de esos momentos de dolor y angustia”, expresó Mons. Vera en su homilía. “Nos duele que hermanos nuestros hayan muerto realizando su trabajo, con el cual colaboraban en la grandeza de Chile y sacaban adelante a sus familias”, afirmó.
En su reflexión, el prelado se centró en el valor de la vida y su fragilidad. “Nuestra vida es como la hierba del campo: en la mañana está llena de vida, pero se marchita. Que no se nos olvide que no llevamos los hilos de nuestra existencia y que aprendamos a vivir con más humildad y agradecimiento”.
En el marco de la tragedia, el obispo se refirió a la presencia del Padre: “Dios estaba ahí, en la mina, presente para dar fuerza, consolar y recibir a quienes morían. Estaba iluminando capacidades y voluntades para rescatar y llevar esperanza en medio del dolor”, expresó, en referencia al trabajo de los rescatistas.
Finalmente, rezó y pidió rezar por todos los mineros, por sus familias y por las fuerzas que trabajaron en el rescate: “Recemos por las familias de nuestros hermanos que han muerto, por su descanso, y por quienes siguen trabajando con profesionalismo. No se olviden de rezar cada día al entrar a la mina, pero tampoco nosotros al comenzar nuestras tareas: en tu nombre, Señor, y contigo”.
En la bendición final, Mons. Vera pidió que el dolor de este momento “nos una como familia y haga fecundo el deseo de cuidarnos unos a otros”.
Dolor, fe y esperanza
El Arzobispo de Santiago y primado de Chile, Cardenal Fernando Chomali, se hizo presente día a día con mensajes a través de su cuenta de X, donde comprometió su insistente oración por los trabajadores, compartió su dolor “hasta el alma” ante los fallecimientos, enviando su pésame a las familias y ánimo a los rescatistas.
El purpurado se sumó este lunes “con oraciones y Misas” a los tres días de duelo por la muerte de los seis mineros, acompañando a las familias y pidiendo para ellas “fe y esperanza”.




