Mons. Robert Barron, Obispo de Winona-Rochester (Minnesota) y fundador del ministerio Word on Fire,  animó esta semana en Roma a los jóvenes a seguir a Dios y rechazar los bienes mundanos, exhortándolos a “encontrar su misión” y a buscar al Señor “hasta lo más profundo”.

“Dios tiene una idea del santo que estás llamado a ser”, aseguró Mons. Barron durante su discurso principal en el Encuentro Nacional de Peregrinos de Estados Unidos, en el marco del Jubileo de los Jóvenes, el 30 de julio.

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El prelado estadounidense subrayó que la cultura actual promueve el individualismo a costa del camino que Dios quiere recorrer con nosotros.

A lo largo de su intervención, Mons. Barron hizo referencia a figuras bíblicas como Pedro, Abraham, Jacob y Jonás, para mostrar los desafíos y recompensas de responder al llamado de Dios.

“No hay nada más importante en nuestras vidas que discernir nuestra misión”, dijo a los jóvenes. Sugirió que quienes estén discerniendo comiencen por hacerse tres preguntas: “¿A quién adoras? ¿Qué voz escuchas? ¿Y qué misión te está dando esa voz?”

Una verdadera misión, afirmó, lleva a la persona a una mayor entrega de sí misma. “Escuchen la voz… y acepten la misión”, exhortó al auditorio.

Al tener dificultades con el podio y su discurso preparado, Mons. Barron optó por improvisar y compartir su experiencia en Roma.

Contrastando las ruinas del Imperio con la Iglesia Católica actual, afirmó: “No les crean cuando les digan que la religión está en declive… Lo que está en nosotros es más grande que cualquier cosa en el mundo”.

“¿Dónde están los signos del gran poder romano? Piensen en el Coliseo, el Foro, la colina Palatina, el Circo Máximo. ¿Qué son hoy? Ruinas”.

“¿Pero dónde está el gran imperio anunciado por el apóstol Pedro?”, continuó. “Está en todo el mundo, en cada continente. Está vivo. ¿Y dónde está el sucesor de Pedro, quien fue ejecutado en el Circo de Nerón y sepultado en la colina vaticana? ¿Dónde está su sucesor?”

“Lo vi anoche, ¿ustedes no? Paseando por la Plaza de San Pedro”, dijo el obispo entre fuertes aplausos.

Mons. Barron advirtió contra vivir en “las aguas superficiales” de los deseos materiales y animó a los presentes a perseguir una vocación más elevada.

Parafraseando el llamado de Abraham, dijo: “Deja la tierra de quien eres ahora. Deja ese espacio aburrido del viejo yo, preocupado por su propia libertad, y ve a la tierra que te mostraré. ¿Cuál es esa tierra? Es el santo que estás llamado a ser”.

Al profundizar en la etimología de la palabra worship (adorar), que proviene del inglés antiguo worth-ship, Barron explicó que aquello que consideramos de mayor valor es lo que adoramos.

Advirtió al auditorio que no adoren al dinero, el estatus o incluso a la familia. “Si hago de ellos mi preocupación central, me desintegraré por dentro y provocaré desintegración a mi alrededor. Uno se convierte en lo que adora”.

También sugirió que quienes enfrentan dificultades de salud mental podrían reflexionar sobre a quién o qué están adorando.

Jacob, recordó, también luchó con un ángel, encarnando la tenacidad del deseo de Dios de estar con nosotros. “No podemos comprender el sentido de nuestro sufrimiento. No te rindas. Lucha”, exhortó Barron.

“Conocemos el llamado al amor radical”, añadió. “Pero tendemos a tomar el camino contrario”. Ignorar ese llamado, advirtió, provoca tormentas internas y externas. “Rechazar tu misión es perjudicial para ti y para quienes te rodean”.

Finalmente, planteó la pregunta: “¿Qué sucede cuando aceptamos la misión?”, y respondió con una cita del teólogo Hans Urs von Balthasar: “No sabes quién eres hasta que encuentras tu misión”.

Concluyó vinculando las vidas de Pedro, Pablo y Jesús, quienes abrazaron el sacrificio personal por el bien de los demás.

“Ese es el mismo llamado que se les está haciendo a todos ustedes”, concluyó Barron.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.