Mons. José Manuel Imbamba, Arzobispo de Saurimo (Angola), pidió a las autoridades civiles penalizar la práctica de la adivinación en el país, advirtiendo que “están destruyendo comunidades, dividiendo familias y obstaculizando el desarrollo.”
Durante una rueda de prensa el jueves 19 de junio, al concluir una visita pastoral de 14 días a las parroquias Nuestra Señora de Fátima de Muconda y Santa Teresita del Niño Jesús de Dala —pertenecientes a su jurisdicción eclesiástica— el arzobispo Imbamba dijo que se encontró con personas “profundamente afectadas por las acciones de los adivinos”.
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“Hemos encontrado personas cuya honra y dignidad han sido destruidas. Pido a las autoridades y a los juristas de este país que penalicen urgentemente a los adivinos en nuestra tierra”, expresó el prelado, quien también es presidente de la Conferencia Episcopal de Angola y Santo Tomé y Príncipe.
Además, lamentó que los adivinos “están destruyendo comunidades, dividiendo y empobreciendo a las familias, matando el desarrollo. Para mí, esto debe enfrentarse ahora. Ser testigos pasivos de este espectáculo de robo y mentiras es permitir el colapso de la sociedad misma”.
Mons. Imbamba manifestó su preocupación por el miedo y la superstición que aún prevalecen en Angola: “Debemos liberarnos de los mitos y falsedades que nos hacen creer que la muerte siempre es causada por otro. Nuestra sociedad debe convertirse en una sociedad del conocimiento, la ciencia y la razón”..
“Ya no podemos caer en la trampa de pensar que una muñeca u objeto nos da vida, riqueza o fama. Esta mentalidad obsoleta debe ser erradicada”, añadió.
Mons. Imbamba también criticó a personas educadas que participan o toleran estas prácticas. “Aquellos llamados doctores y licenciados que aún se aferran a estas supersticiones no están libres de la oscuridad de la ignorancia. Siguen siendo culturalmente esclavos”, advirtió.
Además, hizo un llamado a una intervención legal mediante un marco jurídico adecuado, ya que “este tema a menudo se descarta como parte del derecho de usos y costumbres, pero debemos reformar esas costumbres. La cultura debe liberar, no oprimir”.
“El año pasado, una de estas personas iba de casa en casa exigiendo pagos, entrando sin permiso, alegando que estaba buscando brujería. A menudo son sus cómplices quienes colocan objetos sospechosos en las viviendas para validar sus afirmaciones falsas”, relató sobre un incidente ocurrido en una provincia angoleña.
Para el prelado, “es inaceptable que las autoridades no hagan nada mientras estas personas molestan a ciudadanos pacíficos, entrando en propiedades privadas bajo el pretexto del fetichismo. Esto debe terminar”.
“Las autoridades deben sentarse y decir: nuestros juristas deben criminalizar esto. Porque las violaciones que se están cometiendo son indescriptibles”, añadió.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI África.




