La justicia española rechaza la pretensión de las exmonjas cismáticas de Belorado de transformar su antigua comunidad eclesiástica en asociación civil y atribuirse, además, el pleno dominio sobre los monasterios.
Según un comunicado difundido sobre este caso por el Comisario Pontificio , el Arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha desatendido la pretensión de las exreligiosas, quienes “buscaban transformar las entidades monásticas pertenecientes a la Iglesia Católica en asociaciones civiles culturales e impugnar el nombramiento del Comisario Pontificio como legítimo administrador y representante legal de los Monasterios”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
La sentencia no admite la demanda interpuesta por la exabadesa Laura García de Viedma y las exmonjas Susana Mateo Cruz y María Teresa Roca Peinado, así como por las asociaciones “Monasterio de Santa Clara de Belorado” y “Monasterio de Santa Clara de Derio”, contra las resoluciones de dos ministerios que rechazaron este cambio registral.
Los departamentos gubernamentales que han denegado los trámites para transformar la comunidad y sus bienes en asociaciones civiles de carácter cultural son el Ministerio de Interior y el de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes.
El comunicado del Comisario Pontificio explica que la Sección Sexta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJM ha considerado que las resoluciones de ambos ministerios “no vulneran los derechos fundamentales invocados de libertad religiosa, de asociación, de intimidad o de igualdad”.
Desde la Oficina del Comisario Pontificio para los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio, se afirma que la administración española “reafirma la validez” del nombramiento de Mons. Iceta así como “la imposibilidad de inscribir asociaciones civiles provenientes de la transformación de entidades religiosas, al ser un procedimiento que no es conforme a Derecho, ya que el ordenamiento jurídico reconoce el Derecho canónico como Derecho estatutario”; es decir, como un conjunto de normas escritas promulgadas por una autoridad competente, y no como fruto de la costumbre o la jurisprudencia.
Aunque las leyes prevén que las monjas puedan separarse de la Iglesia Católica, “niegan la posibilidad de transformar las asociaciones en asociaciones civiles”, añade el texto.
Esto se debe a que “los monasterios son entidades religiosas vinculadas jerárquicamente a la Iglesia Católica y regidas por el Derecho canónico, el cual no permite su transformación en entidades civiles ni que éstas puedan ser titulares del patrimonio de los monasterios sin autorización de la Santa Sede”.
El Comisario Pontificio añade que, al haberse producido de manera formal la ruptura con la Iglesia Católica el pasado año, “las exmonjas cismáticas pierden la capacidad de constituirse en capítulo conventual y de representar legalmente los monasterios y, por tanto, carecen de capacidad para tomar decisiones en nombre de estas entidades canónicas”.
Por último, el comunicado señala que la sentencia recoge que las exmonjas “no han sido obligadas a revelar sus creencias religiosas, y que la Administración ha actuado respetando su derecho a la libertad religiosa”. Del mismo modo, tampoco se habría vulnerado el principio de igualdad o el derecho de asociación.
"Larga batalla legal"
Por su parte, el portavoz de las exreligiosas, Francisco Canals, reconoce que “aunque la resolución representa un contratiempo jurídico, no ha frenado la actividad de las 13 religiosas que permanecen día y noche en la que es su casa desde el año 1358”.
Así lo refleja en un comunicado al que ha tenido acceso ACI Prensa y que ha sido distribuido por WhatsApp en el que se apunta a nuevas acciones legales en el futuro: “La decisión del TSJM no es el punto final de una disputa, sino tan solo el punto de partida de una larga batalla legal”, augura el portavoz.
En este momento, hay siete procesos judiciales abiertos entre las exmonjas y el Comisario Pontificio.
Canals afirma por otro lado que “las hermanas se muestran cohesionadas y convencidas del camino que han emprendido” y que “la Iglesia no ha podido doblegar su espíritu rebelde”.







