A un día de celebrarse la Fiesta de la Independencia de Polonia, el Papa Juan Pablo II pidió a los peregrinos polacos presentes en la audiencia general de este miércoles, dar “gracias a Dios por la libertad de la patria” rescatada con la sangre de sus antepasados.
Al final de la audiencia, el Santo Padre saludó en diversas lenguas a los peregrinos y se dirigió especialmente a los eslovacos, "diáconos del Seminario Mayor de San Carlos Borromeo de Kosice, que celebra -dijo- los diez años de su renacimiento".
El Pontífice pidió a los peregrinos de su país “¡Que este don particular, rescatado con la sangre de nuestros padres y nuestras madres, fructifique en la patria con el cumplimiento diligente por parte de todos del propio deber, con la comprensión mutua y la dedicación al bien común!”