El Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, Mons. José María Arancedo, pidió que “la renovación espiritual que nos propone el Adviento no quede sólo en la intimidad de un ejercicio personal, sino que exprese su madurez en la vida de la Iglesia”.
Para el Prelado, el Adviento debe estar acompañado de un profundo deseo de conversión personal, y un decidido compromiso eclesial al servicio de los hermanos, especialmente de los más pobres.
“Tomar conciencia de esta dimensión eclesial de nuestra vocación cristiana es el mejor prólogo para iniciar correctamente el camino del Adviento”, indicó.