En el discurso que pronunció ante los representantes de otras confesiones cristianas y de otras religiones, el Papa León XIV aseguró que uno de sus “deberes prioritarios” es la búsqueda del restablecimiento de la plena comunión de los cristianos.
“Como Obispo de Roma, considero uno de mis deberes prioritarios la búsqueda del restablecimiento de la plena y visible comunión entre todos aquellos que profesan la misma fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”, afirmó.
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En la audiencia estuvieron presentes Su Santidad Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla; Su Beatitud Teófilo III, Patriarca Ortodoxo Griego de Jerusalén; y Su Santidad Mar Awa III, Patriarca de la Iglesia Asiria de Oriente. Estos líderes cristianos también estuvieron presentes en la Misa de inicio de su pontificado este domingo, a la que asistieron además varios representantes de otras religiones: judíos, musulmanes, hindúes, budistas, sijs, zoroastrianos y jainistas.
Además, reivindicó el legado del primer concilio ecuménico, la reunión de obispos cristianos celebrada en el año 325 en Nicea (hoy İznik, en Turquía), que puso las bases para llegar a un consenso en la Iglesia a través de una asamblea que representara a toda la cristiandad.
“Ese Concilio representa una etapa fundamental para la elaboración del credo compartido por todas las Iglesias y Comunidades eclesiales. Conforme estamos caminando hacia el restablecimiento de la plena comunión entre todos los cristianos, reconocemos que esta unidad debe ser unidad en la fe”, manifestó el Santo Padre.
El Concilio de Nicea fue un momento clave en la historia del cristianismo, del que el próximo año se cumplirán 17 siglos. El Papa Francisco expresó en varias ocasiones su intención de viajar a Turquía para dar un nuevo impulso al diálogo ecuménico. Sin embargo, hasta el momento no hay confirmación por parte de la Oficina de Prensa del Vaticano de que el Papa León XIV vaya a realizar esta visita apostólica.
Bajo esta perspectiva, el Papa aseguró que su preocupación por la unidad “ha sido siempre una constante en mí”. Según explicó, este compromiso está atestiguado por el lema de su ministerio episcopal: In Illo uno unum, una expresión de San Agustín de Hipona.
“Nuestra comunión se realiza, en efecto, en la medida que convergemos en el Señor Jesucristo. Cuanto más le somos fieles y obedientes, más unidos estamos entre nosotros. Por eso, como cristianos, estamos llamados a orar y trabajar juntos para alcanzar paso a paso esta meta, que es y será siempre obra del Espíritu Santo”, explicó.
Comprometido con la sinodalidad
Asimismo, confirmó su intención de “proseguir el compromiso del Papa Francisco” con el carácter sinodal de la Iglesia Católica. El entonces Cardenal Robert Prevost (hoy Papa León XIV) participó de forma activa en todas las fases del Sínodo sobre la Sinodalidad, el gran proyecto sembrado por el Pontífice argentino hace tres años para hacer de la Iglesia un espacio más participativo y menos clerical.
“Consciente de que sinodalidad y ecumenismo están estrechamente relacionados, deseo asegurar mi intención de proseguir el compromiso del Papa Francisco en la promoción del carácter sinodal de la Iglesia Católica y en el desarrollo de formas nuevas y concretas para una sinodalidad cada vez más intensa en el ámbito ecuménico”, afirmó el Pontífice en su discurso.
Ante los presentes, aseguró que el “camino común” del diálogo interreligioso “puede y debe entenderse también en un sentido amplio, que involucra a todos, según el espíritu de fraternidad humana”.
Contra los condicionamientos ideológicos
Seguidamente, el Pontífice clamó contra los “condicionamientos ideológicos y políticos”, señalando que sólo superándolos se puede ser verdaderamente eficaz al decir “no a la guerra."
Del mismo modo, instó a decir “sí a la paz”, “ no a la carrera armamentista”,“sí al desarme”, “no a una economía que empobrece a los pueblos y a la tierra” y “sí al desarrollo integral”.
“El testimonio de nuestra fraternidad, que espero podamos manifestar con gestos concretos, sin duda contribuirá a construir un mundo más pacífico, como lo desean en lo más profundo de su corazón todos los hombres y mujeres de buena voluntad”, señaló.
El Santo Padre agregó: “Hoy es tiempo de dialogar y de construir puentes. Y por eso me alegra y agradezco la que comparten la búsqueda de Dios y de su voluntad, que es siempre y únicamente voluntad de amor y de vida para los hombres y mujeres y para todas las criaturas”.
De este manera, reivindicó uno de los puntos clave del pontificado del Papa Francisco: la fraternidad universal. “En este tema, de verdad que el Espíritu Santo lo ha impulsado”a dar grandes pasos hacia adelante en las aperturas e iniciativas que ya habían comenzado a asumir los Pontífices precedentes, sobre todo desde san Juan XXIII. El Papa de la Fratelli tutti promovió tanto el camino ecuménico como el diálogo interreligioso, y lo hizo sobre todo cultivando las relaciones interpersonales de modo que, salvaguardando los vínculos eclesiales, se valorizara siempre el aspecto humano del encuentro”, explicó.
También reconoció los “notables esfuerzos” realizados por el Papa Francisco en favor del diálogo interreligioso y dirigió un “saludo especial” a los judíos y musulmanes.
“Debido a las raíces judías del cristianismo, todos los cristianos tienen una relación particular con el judaísmo”, señaló.
A continuación citó la Declaración Nostra aetate, el documento del Concilio Vaticano II, promulgado el 28 de octubre de 1965 por el Papa Pablo VI, que subraya la grandeza del patrimonio espiritual común entre cristianos y judíos, alentando al conocimiento y la estima mutuos.
“El diálogo teológico entre cristianos y judíos sigue siendo siempre importante y es muy valioso para mí. Incluso en estos tiempos difíciles, marcados por conflictos y malentendidos, es necesario continuar con entusiasmo este diálogo tan valioso”, recalcó finalmente.