El Cardenal Blázquez sobre León XIV: “No es un león cruel o agresivo, sino tierno”

El Cardenal español Ricardo Blázquez, arzobispo emérito de Valladolid y expresidente de la Conferencia Episcopal Española, aseguró que el nuevo Papa no “es un león cruel o agresivo, sino tierno”.

La primera reacción del purpurado abulense, que a pesar de no haber participado en el cónclave por haber superado los 80 años, sí estuvo presente en las congregaciones generales previas que marcaron el retrato robot del que salió el cardenal Robert Prevost fue de “alegría” y de “dar gracias al Señor” por el Papa León XIV.

El Cardenal Blázquez pudo trasladar personalmente esos sentimientos a León XIV en la Capilla Sixtina, donde fue recibido por el nuevo Pontífice con una “atención cordial” justo antes de salir al balcón central de la Basílica de San Pedro al que volverá a asomarse este domingo para su primer rezo de la oración mariana del Regina Coeli como Papa.

En ese breve saludo, pudo expresarle su deseo de servirle en todo lo que necesite: “Tuve la oportunidad de saludarle con mucho afecto, de agradecerle también el ministerio que comenzaba y su trayectoria anterior. También de ponerme a su disposición en la medida que yo pueda hacer a los 83 años, que ya no será mucho, pero siempre a su disposición […] como colaborador quiero ser un colaborador fiel y leal”.

Un Papa misionero y con San Agustín en el horizonte 

Desde Roma, el purpurado español compartió sus primeras impresiones y quiso destacar el recorrido vital eminentemente misionero de León XIV.

“El Papa que termina de ser elegido tiene un recorrido largo en tantos sentidos. En primer lugar geográfico. Él nació en Chicago y desarrolló buena parte de su ministerio en Perú como misionero”, recordó.

Además puso en valor el bagaje “formativo”, “histórico” y “carismático” de su perfil agustino. “La impronta de San Agustín es clara”, constató, tras recordar que León XIV citó en su primer saludo público al mundo al santo de Hipona.

“Citó unas palabras de San Agustín que son muy elocuentes […] Las palabras eran aproximadamente lo siguiente: ‘Con vosotros soy cristiano, para vosotros soy obispo’. Es decir, el nombre fundamental, el que expresa la dignidad de todos los discípulos del Señor, es justamente el ser cristiano”, señaló.

Un Papa de continuidad

Sobre la misión del papado, el cardenal español aseguró que el ministerio papal, como sucesor de Pedro, “es una especie como de foco ético en la humanidad”.

“Se hace eco de las causas morales fundamentales […] ¿Cómo no vamos a defender la dignidad personal de toda persona, desde el comienzo hasta el final?”, enfatizó. 

Comentando la primera homilía de León XIV como Papa frente a los cardenales en la capilla Sixtina, en la que urgió a evangelizar a quienes por falta de fe han perdido el sentido de la vida, el purpurado compartió una reflexión sobre la fe y la libertad del creyente: “Yo creo que la fe es al mismo tiempo un don de Dios y una respuesta libre del hombre. Nosotros no conquistamos la fe, la recibimos. Y al mismo tiempo creemos con libertad”.

“Nosotros anunciamos el Evangelio, que es una llamada también a la fe, a la esperanza, a la paz entre nosotros, a caminar por la vida con la mirada puesta en el horizonte último de nuestra vida, que es justamente nosotros esperamos la paz del cielo”.

Refiriéndose al nombre elegido por el nuevo Papa, el cardenal Blázquez destacó el simbolismo que evoca en la memoria eclesial: “León XIV es el nombre que ha elegido el nuevo Papa. Algunos han dicho que es un leone ténero, es decir, tierno. No un león cruel o agresivo, sino tierno, es un hombre que tiene una historia y, lógicamente, esta historia ya emite también un mensaje”.

Del mismo modo, trazó un paralelismo con su predecesor homónimo y señaló que León XIII “comenzó un magisterio muy importante de carácter social, con la encíclica Rerum Novarum”.

La escribió después “de la revolución industrial y del sufrimiento de tantas personas, trabajadores, que habían padecido las consecuencias que esta revolución comportó para ellos”, explicó tras afirmar que así fue cómo la cuestión social entró en el corazón de la Iglesia.