Tras el veto al nombramiento del intelectual católico y amigo personal del Papa Juan Pablo II, Rocco Buttiglione, como comisario de la Corte Europea, el movimiento Comunión y Liberación (CL) denunció el “totalitarismo cultural que niega la libertad de conciencia, de pensamiento y de opinión” que, a su juicio, “se va introduciendo en Europa”.
A través de su Oficina de Información en España, CL calificó asimismo de “peligroso” que Europa “rechace sus raíces judeocristianas, ya que se queda así sin sus propias raíces”.
El comunicado de CL -uno de los movimientos eclesiales más numerosos y activos de la Iglesia- reseñó además que “hay otros hechos significativamente alarmantes”.