El Papa Francisco cumple 12 años ocupando la cátedra de Pedro, y el Cardenal Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago, tomó la ocasión como una oportunidad para destacar las enseñanzas de su pontificado para la realidad actual de Chile.
Con el propósito de divulgar “su rico magisterio” y ante la certeza de que “el Papa debiese ser más escuchado y leído”, el purpurado consideró que “sus enseñanzas nos pueden ayudar a salir de la grave crisis espiritual que estamos viviendo y que deriva en una profunda crisis social y política”.
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Las enseñanzas del Papa
Seguidamente, enumeró varios temas que están presentes en la enseñanza del Santo Padre y que son valiosos para la actualidad chilena:
“El Papa nos habla de misericordia, en medio de tanta dureza en el modo de tratarnos”.
“Nos habla de compartir los bienes que poseemos con los más necesitados en medio de tanta avaricia y gusto desordenado por lo superfluo”.
“Nos habla de ser humildes en medio de tanta arrogancia y soberbia”.
“Nos habla de servir a los demás en medio de tantas voces que se alzan en busca de espacios de poder”.
“El Papa nos invita a tener más profundidad espiritual y capacidad de discernimiento en medio de tanta mundanidad, incluso entre los creyentes”.
“El Papa nos quiere conducir a que Jesús sea el centro de nuestras vidas y el Evangelio nuestra carta de navegación en la vida personal, familiar, social y económica”.
El magisterio del Papa como guía para los debates vigentes
Haciendo mención a los debates vigentes en Chile, como la reforma tributaria o la necesidad de un nuevo sistema de pensiones, y con énfasis en la crisis de seguridad “sin precedentes” que atraviesa el país, el Cardenal Chomali tomó el mensaje del Papa como invitación a “ampliar la mirada” para “mirar con los ojos de los más pobres”.
Al respecto, consideró que “en Chile nos falta mirar más allá de nuestras propias fronteras y comprendernos como comunidad”, y aseguró que “el todo es más que las partes”, como suele decir el Papa. “Tal vez eso ayude a aceptarnos como un pueblo, como una comunidad, como un grupo de ciudadanos que aspiramos al bien común más que al bien personal”.
“Pensar el mundo que le dejaremos a las futuras generaciones es una pregunta que Francisco hizo desde el primer momento que asumió como Pontífice. Esa pregunta hemos de responder cada uno de nosotros con valentía, a la luz de las enseñanzas del Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo”, alentó.
También hizo mención del “gran anhelo” del Papa: la fraternidad universal; a su “gran proyecto”: el cuidado de la casa común; y a su “gran sueño”: una Iglesia pobre para los pobres, “pasando de una cultura eclesiástica y vertical a una cultura eclesial y horizontal donde caminar juntos sea la norma”.
“El Papa nos insta a rezar sin cesar, como las primeras comunidades y a compartir lo que tenemos con los más necesitados. Hacer el Evangelio en el vivir diario , es el camino trazado por el Papa para la Iglesia, sin aspavientos, sino que con sencillez, de corazón y con gran humildad”, alentó.
La invitación, precisó el arzobispo, es a que “nosotros también lo hagamos, examinando críticamente nuestros gestos, nuestras palabras y nuestros actos”.
“El Papa llama a cada uno de nosotros a asumir el compromiso de construir una sociedad más justa y mejor, y a no andar ‘balconeando’, es decir, asomándonos al balcón solo para mirar, criticar y no hacer nada”, advirtió.
“Para ello hay un solo camino: conocer, creer, seguir e imitar a Jesucristo. Esto nos llevará a una forma de vida clara y decidida, en la que hay más alegría en dar que en recibir, en trabajar por una sociedad mejor y en adoptar un estilo de vida austero, según la lógica de querer ser más y no tener más”, concluyó, invitando fraternalmente a los chilenos a seguir por esta senda.