A pocas semanas de celebrarse una nueva edición del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, el Obispo de Valparaíso, Mons. Jorge Vega Velasco, mostró preocupación por la canción que representará a Chile y abogó “por un festival del respeto y la unidad”.

Del 23 al 28 de febrero se desarrollará en la ciudad de Viña del Mar (Chile) uno de los eventos musicales más importantes de Sudamérica: el Festival Internacional de la Canción, donde cada año artistas de diferentes países presentan sus canciones y compiten para ganarse al jurado y llevarse la Gaviota de Plata, el máximo galardón.

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En esta ocasión, la canción que representará a Chile se titula “Infernodaga”, interpretada por el cantante Dani Ride, cuya letra y videoclip despertó preocupación en la comunidad católica.

En una columna publicada en el diario El Mercurio de Valparaíso, el obispo local, Mons. Jorge Vega Velasco, reflexionó sobre el respeto y la unidad en el marco del evento que en sus más de 60 años de trayectoria “se ha ganado un lugar en el corazón de los chilenos y de gran parte de Latinoamérica”. 

Al referirse a la canción con la que competirá Chile, el prelado lamentó que “en su letra y estética, ofende el sentido religioso del pueblo creyente que ama y respeta las oraciones y los símbolos sagrados”. 

La letra de la canción contiene frases como “el cielo sabe infernal”, y una parodia del Padre Nuestro que expresa: “Madre nuestra que estás conmigo/de tu cuerpo fértil venimos/sea tu reino en nosotres (sic)”.

El videoclip, por su parte, ambientado en lo que simula ser una iglesia, aparecen personajes caracterizados como sacerdotes, se pueden ver cruces, biblias que se queman, y escenas homosexuales. El cantante lleva una corona de espinas y lo que parecen ser “estigmas” en sus manos.

“Basta conversar con distintas personas para darse cuenta de la densidad de su fe y del sentido profundo que ésta tiene para su vida cotidiana”, señaló el Obispo de Valparaíso. 

Al respecto, planteó: “¿No son acaso numerosas las personas que se encomiendan a Dios al iniciar el día o al terminarlo? ¿Cuántas abuelas y madres, por ejemplo, bendicen y rezan por sus hijos y nietos para que regresen sanos y salvos a sus casas después del trabajo o del estudio? En nuestros hogares hay crucifijos, biblias, imágenes de la Virgen y de los santos que nos re-ligan con la divinidad y nos hacen conscientes de su amor eterno y fiel”.

“¿Qué sentido tiene generar división entre nosotros cuando tenemos temas pendientes y urgentes por resolver? ¿De qué le sirve esta polémica a Viña del Mar, una ciudad hermosa, pero con una profunda crisis habitacional? ¿No están entre nosotros algunos de los campamentos más grandes del país?”, cuestionó.

“En nuestra región aún se respira el dolor por los muertos que dejó el voraz incendio del año recién pasado. Los damnificados siguen esperando soluciones definitivas que se tardan demasiado en llegar”, denunció el obispo.

En ese sentido, consideró que dos de las claves para avanzar en “la reconstrucción del alma de Chile” son la unidad y la colaboración.

“Puedo entender que existan distintas posiciones con respecto al rol de la Iglesia en la sociedad. Pero no se puede ser injustos con los cristianos que trabajan en favor de los pobres y sufrientes de nuestro tiempo”, subrayó Mons. Vega Velasco.

“Las obras sociales que los creyentes de distintas denominaciones religiosas llevamos adelante son elocuentes”, destacó.

Finalmente, invitó al autor de la canción “a conocer más de nuestra fe y a conversar e intercambiar ideas si lo desea, porque estoy convencido que el diálogo, la reconciliación y el respeto mutuo harán de nuestro país un mejor espacio para todos, incluso para aquellos que se han sentido discriminados por su religión u orientación sexual”.