El Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce un milagro de la Beata italiana Vincenza María Poloni; y reconoció el martirio de cinco franciscanos y un marista.

Con esta aprobación, la fundadora del Instituto de las Hermanas de la Misericordia, nacida en Verona el 26 de enero de 1802 y fallecida allí el 11 de noviembre de 1855, tiene vía libre para ser declarada santa próximamente.

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El Papa Francisco también aprobó el decreto que reconoce el martirio de los Siervos de Dios Pedro de Corpa y 4 compañeros, todos de la Orden de los Hermanos Menores (Franciscanos), asesinados por odio a la fe en septiembre de 1597 en Florida, en el actual estado de Georgia (Estados Unidos)

El Pontífice también aprobó el decreto que reconoce el martirio del Siervo de Dios Licarion May, cuyo nombre de pila fue Francisco Benjamín, un hermano del Instituto de los Hermanos Maristas, nacido en Bagnes (Suiza) el 21 de julio de 1870 y asesinado por odio a la fe el 27 de julio de 1909 en Barcelona (España).

Con el reconocimiento del martirio de estos Siervos de Dios queda abierto el camino para su beatificación.

El Papa Francisco también aprobó los decretos que reconocen las virtudes heroicas de la Sierva de Dios María Riccarda de la Preciosa Sangre Beauchamp Hambrough, Abadesa General de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida, nacida el 10 de septiembre de 1887 en Londres y fallecida el 26 de junio de 1966 en Roma.

También aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas del Siervo de Dios Quintino Sicuro, sacerdote diocesano, ermitaño, nacido el 29 de mayo de 1920 en Melissano (Italia) y fallecido el 26 de diciembre de 1968 en el monte Fumaiolo en Verghereto (Italia).

Finalmente, el Santo Padre aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Luigia Sinapi, fiel laica, nacida el 8 de septiembre de 1916 en Itri (Italia) y fallecida el 17 de abril de 1978 en Roma.

La aprobación de las virtudes heroicas supone que los siervos de Dios, que a partir de ahora pueden ser llamados venerables, vivieron en grado heroico la fe, la esperanza y la caridad. Para proseguir hacia su beatificación hace falta la aprobación de un milagro obrado por su intercesión.

El Papa Francisco aprobó estos decretos al recibir este lunes 27 de enero al Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.