El director de Cáritas Haití, P. Yvel Germain, realiza un llamamiento para que la comunidad internacional no se olvide de Haití, el país más pobre y desigual de América, azotado por la violencia, el hambre y la crisis política y social.
El P. Germain nació en 1979 en Thiotte, en el sudeste del país, en el seno de una familia católica con tres hijos. El mayor es agricultor, como su padre y la hermana maestra. Su madre es comerciante.
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Según detalla a ACI Prensa, su vocación nació del deseo de celebrar la Eucaristía, como había visto tantas veces. Tras sus estudios de Secundaria en Puerto Príncipe, ingresó en el seminario.
Licenciado en Filosofía y Teología por la Universidad Católica de Haití, se especializó en desarrollo local en la Universidad de Lyon (Francia).

Desde 2024 dirige Cáritas Haití, una red presente en cada una de las 10 diócesis del país de forma capilar. “La Diócesis de Jacmel cuenta con 33 parroquias y cada una de ellas, varias capillas. La mía de origen, tiene diez”, ejemplifica.
Esto permite que, a diferencia de otras organizaciones, la atención que brinda Cáritas sea mucho más capilar, no sólo en cuanto a la población atendida en todo el territorio de la zona oeste de la isla de La Española, sino sobre todo en lo sustancial.
“Cáritas no hace discriminación ni distinción y no se detiene sólo en los derechos de las mujers, por ejemplo, sino que atiende al ser humano con una visión integral”, detalla en conversación con ACI Prensa.
A juicio del P. Germain, la difícil situación del país no está relacionada en exclusiva con algunas catástrofes naturales sufridas en el pasado como el terremoto de 2010, el huracán Matthew de 2016 o el movimiento sísmico de 2021.

“Las catástrofes naturales pueden suceder en cualquier momento, pero el país vive una crisis sociopolítica desde hace años. Durante el gobierno de Michel Martelly [2011-2016] se recibieron fondos de organismos internacionales para reconstruir el país, pero se hizo todo lo contrario”, expone.
En un encuentro organizado por Cáritas Española, que lleva casi tres décadas dando apoyo a su organización hermana en el país caribeño, el P. Germain ha explicado que las últimas elecciones democráticas se produjeron en 2016 y que tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021 no se han vuelto a convocar comicios.
Este vacío de poder ha sido ocupado por las bandas armadas “que controlan una gran parte del territorio”, en especial de la capital, Puerto Príncipe. En ese contexto “Cáritas se mantiene al lado de la gente pobre que sufre”.

“Hay una gran vulneración de derechos humanos, de niñas, mujeres, también adultos, y la Iglesia entiende que en este contexto es importante hacer un acompañamiento de todas estas personas”, ha señalado el P. Germain.
Se calcula que más de cinco millones y medio de haitianos sufren inseguridad alimentaria aguda, según Naciones Unidas, a lo que hay que añadir que más de un millón de personas están desplazadas de sus casas hacia zonas del sur y el sureste debido a la violencia.
También son muchos los que han salido del país. El P. Germaine ha reconocido ante los medios que tiene una tía a la que no conoce, que hace años emigró a República Dominicana.
“La situación es grave y hay una gran necesidad de ayuda”, ha insistido el sacerdote, quien ha confirmado que ya hay tropas bajo el mandato de la ONU en el país.
Esta circunstancia no es necesariamente una buena noticia para el director de Cáritas Haití: “En 1996, la presencia de la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) fue una de las razones por las que muchas personas accedieran a las armas”, ha afirmado.
Sin embargo, no todo es negativo, pese a que “el país está en una situación de olvido” y en algunos aspectos “hay una mejora aparente”. Por ejemplo, en determinados barrios de Puerto Príncipe “se han reducido los disparos”.
Sin embargo, los desplazamientos internos están amenazados por los distintos grupos armados, hasta el punto de que cuando Cáritas distribuye alimentos “lo hace por barco, porque no puede pasar por las zonas controladas”. Sólo algunos conductores llegan a establecer acuerdos con las bandas.

Prueba de las dificultades para desplazarse es el periplo del propio P. Germaine para salir del país: tuvo que atravesar zonas conflictivas, utilizar un coche, después una moto y completar el recorrido hasta la frontera con la República Dominicana con una caminata de hora y media.
Además, la situación de los más pequeños es especialmente preocupante: “Nadie habla de los niños que duermen en la calle, sin nada de comer, sin techo”. Ante esta situación, reclama que la comunidad internacional “esté más pendiente, revise la situación del país” y actúe en conexión con las organizaciones de base que conocen esta realidad.
Cáritas Española, en colaboración con Cáritas Haití, ha apoyado en los últimos años programas de acción humanitaria que han paliado las duras condiciones de vida de más de 10.000 personas con una inversión de 2,4 millones de euros.
En apoyo de la campaña de emergencia impulsada por Cáritas Internationalis, la organización española ha enviado una primera ayuda de 100.000 euros destinadas en especial a personas desplazadas en Hinche y Fort Liberté.