El Arzobispo de Córdoba (Argentina), Cardenal Ángel Rossi, alertó sobre la “vergonzosa complicidad” entre los empresarios y dirigentes políticos que promueven las apuestas online disfrazadas de entretenimiento.
En su homilía de la Misa dominical retransmitida por Cadena 3, el Cardenal Rossi reflexionó sobre el primer signo del Señor en las bodas de Caná, y comparó las tinajas vacías con el vacío en el corazón que se produce por la falta de amor, de amistades, de sentido, pero también por el entorno y las “ofertas consumistas”, las drogas, la violencia y las apuestas que se presentan como “solución mágica”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El arzobispo aseguró que en Caná, “María se da cuenta de una carencia: la del vino. Una mirada que no se deja engañar por la apariencia, que percibe lo esencial, percibe lo que está faltando. Es una mirada muy maternal”, señaló, “e invita a los sirvientes a escuchar la palabra de Jesús: ‘Hagan lo que Él les diga’”.
El Señor hace de nuestro esfuerzo un milagro
Con este gesto, la Virgen “les propone lo que en el fondo ha sido su propia vida, desde que decidió que en ella se cumpliera la palabra de Dios, cuando Dios le habla en la Anunciación a través del ángel”.
“Fueron, dice, y llenaron las tinajas hasta el borde”, relató el purpurado, animando a pedir esta gracia: “Que, en lo que de nosotros depende, seamos hombres y mujeres que se animan a llenar las tinajas hasta el borde”, porque “al esfuerzo en lo que ponemos de nuestra parte, el Señor lo hace milagro”.
En ese sentido, animó a los fieles a asomarse a la tinaja de su corazón y darse cuenta que está vacía, para poder preguntarse: “¿Cuál es el vino que nos falta en nuestro mundo? ¿El vino de la paz? ¿El vino de la ternura? ¿El vino de la fe? ¿El vino de la esperanza y del amor? ¿El vino de la verdad?”.
Meditar en los vacíos de nuestras vidas
“Se nos invita a meditar en tantos vacíos como las tinajas de Caná que hay en nuestra vida, en el mundo y en nuestras vidas también. Vacíos de amor, vacíos de amistades, vacíos de sentido de la vida, de aquello que nos falta para ser felices, para ser plenos. El vacío de haberlo desterrado al Señor de nuestra vida, y los otros vacíos”, enumeró.
Con el foco en las problemáticas sociales, continuó: “El vacío de las ofertas consumistas del mundo, el vacío de la droga, el vacío de la violencia, el vacío que queda en el corazón y en el bolsillo de quienes ante la desesperación son seducidos por la solución mágica del juego o de las apuestas online, ofrecidas bajo el disfraz de entretenimiento por dirigentes y empresarios en vergonzosa complicidad”.
“Ojalá tomemos conciencia de estos vacíos, los del propio corazón y los provocados por la frivolidad del entorno. Y se lo contemos a María, porque María siempre se da cuenta de nuestros vacíos, de lo que nos falta”, alentó.
Optar entre el vinagre y el vino bueno
Asimismo, llamó a quedarse bajo la mirada de Jesús y de la Virgen, y allí reconocer y agradecer “todo lo que en tu vida se parece al vino, lo que te dilata y te anima, las personas y todo lo que da sentido de fiesta en nuestra vida”.
“Nuestra vida tendría que ser algo así como ir con María y los servidores a llenar las tinajas de agua hasta el borde, para que Jesús nos la cambie en vino”, consideró, “pero luego poder ir a servir a nuestra familia, a nuestro pueblo, con la cara alegre del que tiene vino bueno para dar, y no con cara avinagrada”.
“Yo decido si vivir del vinagre o tratar de que mi vida sea un vino bueno”, aseguró, alentando a rezar y trabajar “para ser, también nosotros, buen vino para nuestros hermanos”.