Un gran número de fieles acompañó este sábado 18 de enero a la Orden de Agustinos Recoletos en una Misa de Acción de Gracias que dio comienzo a los festejos por sus primeros 100 años de presencia en Argentina.
Desde distintos puntos del país, miembros de la orden llegaron a la ciudad de Mar del Plata y se congregaron en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, donde Mons. Darío Rubén Quintana, Obispo Prelado de Cafayate —quien en el pasado fue Obispo Auxiliar de Mar del Plata— presidió la Eucaristía.
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Concelebraron el Obispo Electo de Mar del Plata, Mons. Ernesto Giobando; el Obispo de San Rafael, Mons. Carlos María Domínguez; el Obispo de San Juan de Cuyo, Mons. Jorge Lozano; y el Obispo Auxiliar de Mercedes-Luján, Mons. Mauricio Landra, junto con varios sacerdotes Agustinos Recoletos.
Entre los miembros de la comunidad de Agustinos Recoletos que estuvieron presentes se encontraban el Prior Provincial, Fray Javier Tello OAR; y otros sacerdotes de la Orden de Agustinos Recoletos en Argentina, España, Brasil, Perú, Venezuela, India y México.
En su homilía, Mons. Quintana expresó: “Hoy nos reunimos con corazones llenos de gratitud para celebrar el centenario de la llegada de los Agustinos Recoletos a nuestra querida Argentina”.
En ese sentido, recordó que “hace cien años, estos valientes misioneros trajeron consigo no solo su fe y devoción, sino también un espíritu de servicio y amor que ha dejado una huella imborrable en nuestras comunidades”.
Por eso, agradeció al Señor por la “dedicación incansable y su compromiso con la evangelización y el bienestar de nuestro pueblo” de aquellos primeros misioneros que llegaron a Argentina. “A través de su trabajo, han sembrado semillas de esperanza, amor y justicia que han florecido en innumerables bendiciones para todos nosotros”, reconoció.
Asimismo, pidió al Señor que continúe bendiciendo “a los Agustinos Recoletos y a todos aquellos que siguen su ejemplo de vida consagrada”, y “que su legado inspire a futuras generaciones a vivir con el mismo fervor y entrega, llevando tu luz a todos los rincones de nuestra nación”.
Finalmente, en nombre de la Orden, renovó el compromiso “de seguir trabajando juntos por un mundo más justo y fraterno, guiados por los valores que los Agustinos Recoletos nos han enseñado. Que su presencia entre nosotros siga siendo un faro de esperanza y un testimonio vivo de tu amor infinito”, anheló.
Al finalizar la Eucaristía, los obispos llevaron en procesión la imagen de Nuestra Señora de Fátima, y ante ella consagraron la Vicaría de Argentina, la Orden, la Diócesis de Mar del Plata y toda la Iglesia Católica.