Este 12 de enero se abrió la fase diocesana de la causa de beatificación de la hermana Clare Crockett, la joven irlandesa que dejó una prometedora carrera como actriz para seguir la vida religiosa, y que falleció en el terremoto de Ecuador del 16 de abril de 2016.
La ceremonia se llevó a cabo en la Catedral Magistral de los Santos Niños Justo y Pastor de Alcalá de Henares (España), en presencia del Obispo local, Mons. Antonio Prieto Lucena; el Arzobispo de Santiago de Chile, Cardenal Chomali, entre otros obispos, sacerdotes, religiosas y fieles.
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Durante el acto, el Obispo de Alcalá de Henares explicó que si bien la religiosa de las Siervas del Hogar de la Madre falleció en la arquidiócesis ecuatoriana de Portoviejo, el 20 de julio de 2021 se le concedió la competencia a la diócesis española. Por su parte, el Dicasterio para las Causas de los Santos le entregó el nihil obstat (nada se opone) el 2 de marzo de 2023.
El prelado también explicó que, luego de la ceremonia, el tribunal elegido comenzará su labor de “investigar pormenorizadamente la vida, las virtudes, la fama de santidad y las gracias y favores recibidos a través de la intercesión de la hermana Clare, para probar la heroicidad de sus virtudes”.
En ese sentido, expresó que “tenemos la convicción de que Dios es bueno y no deja de enriquecer con sus dones a sus hijos en la Iglesia. De manera que el pueblo cristiano puede reconocer en ellos una presencia especial de la gracia”.
Recibimos testimonios de posibles milagros
Por su parte, la hermana Kristen Gardner, postuladora de la causa y también sierva del Hogar de la Madre, solicitó formalmente la apertura de la fase diocesana y aseguró que este pedido “está movido por razones humanas, sino por el deseo de dar gloria a Dios, que se manifiesta en el testimonio de entrega a Cristo que resplandece en la vida de sus siervos”.
Al relatar la vida de la hermana Clare, aseguró que su alegría desbordante y coherencia de vida condujeron a muchas almas “a descubrir que la verdadera felicidad se encuentra únicamente en Dios”.
La postuladora recordó que tras su muerte, a los 33 años de edad, la familia pidió el cuerpo de la hermana Clare para sepultarlo en su ciudad natal, Derry (Irlanda del Norte).
Y si bien al inicio las religiosas creyeron que la misión de la hermana era “evangelizar su país nativo después de su muerte”, descubrieron que su apostolado se extendía más allá de las fronteras, pues comenzaron a recibir “mensajes y correos de más de 50 países”.
“Almas desesperadas, al borde del suicidio, han recuperado la esperanza; estudiantes universitarios, perdidos en el vicio, han recibido fuerza para volver al Señor”, son algunos de los testimonios recibidos.
Además, añadió la postuladora, les han escrito jóvenes que al conocer la vida de la religiosa han decidido abrazar la vida consagrada, mientras que “incontables seminaristas y religiosos han dicho que la hermana Clare ha salvado su vocación, justo cuando estaban pensando que no tenían otra opción que dar la espalda a Dios”.
“Hay una nota común muy característica en los mensajes que se reciben —afirmó—, y es que muchos describen a la hermana Clare como su amiga, aún sin haberla conocido, es su amiga”.
La hermana Kristen Gardner dijo que también les han escrito personas que “hablan de milagros”, que “acuden a la hermana Clare en sus necesidades y se sienten escuchados. Piden reliquias y que sea proclamada santa por la Iglesia”.
La historia de la vocación de la hermana Clare
En el sitio web Hermanaclare.com se relata que la joven irlandesa, nacida el 14 de noviembre de 1982, había acudido a un encuentro de oración en el Hogar de la Madre, en España, para la Semana Santa del 2000.
Era una adolescente de 17 años que soñaba con ser estrella de cine y que ya había sido presentadora de programas juveniles en Reino Unido. Además, “se había interesado por ella el Canal Nickelodeon”.
Así, los primeros días del encuentro “se los pasó tomando el sol y fumando”, pero “el Viernes Santo alguien la dijo: ‘Clare, hoy sí que tienes que entrar en la capilla. Hoy es Viernes Santo’”.
Aunque se quedó en el último banco, durante la liturgia se acercó para adorar y besar la cruz. “Ese sencillo gesto supuso un antes y un después en su vida. Cuando terminó el acto, una hermana la encontró llorando mientras repetía: ‘Él murió por mí. ¡Me ama!... ¿Por qué nadie me ha dicho eso antes?’”.
Sin embargo, al retornar a su país entró nuevamente “en la vorágine de superficialidad y pecado que el mundo del cine le ofrecía”. “Ella misma lo expresó así: ‘Vivía mal, vivía en pecado mortal. Bebía mucho, fumaba mucho, empecé a fumar drogas. Seguía con mis amigas, con mi novio. Seguía igual. No tenía la fuerza de cortar con todo eso. Pero claro, no tenía la fuerza porque no le pedía al Señor que me ayudara’”.
Pero una noche de fiesta en que se excedió con el alcohol “experimentó que Jesús que le decía: ‘¿Por qué sigues hiriéndome?’”. Posteriormente, estando en un hotel de Londres “experimentó un vacío tan grande que comprendió que su vida no tenía sentido si no se la entregaba a Jesucristo”.
A pesar de las promesas de éxito, la joven Clare ingresó como candidata de las Siervas del Hogar de la Madre el 11 de agosto de 2001, y años después, el 8 de septiembre de 2010 hizo sus votos perpetuos en Estados Unidos.