Al recibir este martes en Castelgandolfo a 600 peregrinos de la Arquidiócesis de Barcelona (España), encabezados por el Cardenal Ricardo María Carles Gordó y varios arzobispos y obispos de Cataluña, que participaron el domingo pasado en Loreto (Italia) en la beatificación del médico y sacerdote Pere Tarrés i Claret.
Durante el encuentro, el Pontífice dijo en catalán que la vida del nuevo beato “llena de una profunda devoción a la Madre de Dios, estaba centrada en Jesús, al cual se entregó totalmente como apóstol de la juventud, especialmente en la Federació de Joves Cristians de Catalunya y en la Acción Católica”.
Juan Pablo II señaló que “Pere Tarrés sigue siendo un ejemplo para los médicos, porque amaba al enfermo como persona, ayudándolo a curar o soportar el dolor. Asimismo, como hombre de corazón indiviso y por su entrega incansable a los fieles y a los diversos apostolados que le fueron confiados, es también modelo para los sacerdotes de hoy”.