Una joven comunidad monástica denominada la Fraternidad de Jesús, ha reemplazado a los benedictinos en el cuidado de la basílica romana de San Pablo de Extramuros y ahora procura devolverle su esplendor como uno de los templos más emblemáticos del catolicismo mundial.
Según informó el vaticanista de L’Esspreso, Sandro Magister, la Basílica –segunda tras San Pedro en la lista de las más grandes iglesias de Roma y el mundo- había perdido su importancia y prestigio.
“Los monjes benedictinos que trabajaban ahí no superaban la docena, tenían una edad cada vez más avanzada y estaban muy desgastados, las Misas estaban medio desiertas, el territorio del templo había sido desmembrado y anexado a las parroquias adyacentes”, señaló Magister.