La Santa Sede, a través del director de la Sala de Prensa, Joaquín Navarro Valls, lamentó profundamente el final sangriento de la toma de rehenes en Osetia del Sur que concluyó el viernes por la noche.
“Las noticias de esta tragedia han sido tomadas con tristeza por el Vaticano”, dijo Navarro-Valls. “Existe tristeza por la gran pérdida de vidas humanas y por el inmenso dolor de los padres y de las familias de las víctimas como resultado de un acto de terrorismo”, agregó.
El Vocero vaticano señaló además que el Papa Juan Pablo II se había mantenido informado durante las 53 horas del secuestro y estuvo rezado por las víctimas.