Susanna Spencer, una teóloga, autora católica, esposa y madre de cuatro hijos, relató la historia de cómo en los momentos de dificultad más profundos que enfrentó su matrimonio, la oración a los santos esposos Luis y Celia Martin los ayudó a recibir la gracia de Dios.

Luis y Celia, los padres de Santa Teresa de Lisieux, fueron beatificados en 2008 por el entonces Papa Benedicto XVI y canonizados en 2015 por el Papa Francisco.

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“Cuando mi esposo estaba discerniendo su vocación durante el semestre que pasamos en el extranjero tomando clases en la localidad de Gaming, en Austria, y viajando por Europa, oró a Santa Teresa de Lisieux para que le ‘ofrecieran rosas rojas’ si estaba destinado a casarse conmigo”, recordó Spencer en un artículo publicado en el National Catholic Register.

Una tarde en Venecia, fuera de la Basílica de San Marcos, un vendedor de flores le ofreció rosas rojas. “Mark no las compró ni abandonó inmediatamente su discernimiento, pero aun así atribuyó la intercesión de la Pequeña Flor al hecho de que él sintiera lo que yo había sentido todo el tiempo: que estábamos destinados a casarnos”.

Un mes después de casarse, un sacerdote invitó a Spencer y su esposo a asistir a una novena de Misas en el convento Carmelita, que culminaría el 16 de julio con la Fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo. “La serie de homilías trataba sobre el hermoso matrimonio de los padres de Santa Teresa, quienes iban a ser beatificados ese año. Escuchamos sobre su gran amor a Dios, cómo ambos habían discernido primero la vida religiosa, y el encuentro fatídico en el puente que llevó a su matrimonio y a la vida familiar santa que tuvieron juntos”, expresó Spencer.

“Nos intrigó y supimos que la Iglesia nos estaba dando un gran regalo al beatificar a una pareja”, agregó.

Luis y Celia tuvieron nueve hijos, de los cuales cuatro murieron en la infancia o niñez. Las cinco hijas sobrevivientes se unieron a conventos, incluida Santa Teresa de Lisieux. “Mi esposo y yo hemos continuado siendo devotos de San Luis y Santa Celia a lo largo de nuestro matrimonio, mirando su modelo de vida familiar como uno a emular”, comentó.

En 2014, durante un año particularmente difícil donde el estrés llegó al extremo debido a  problemas familiares, de salud, de la casa, etc., Spencer comenzó a rezar a San Luis y Santa Celia Martin por su matrimonio y por otros matrimonios cercanos a ellos.

“Una rápida búsqueda en Internet me llevó a una hermosa novena dirigida a ellos, e invité a familiares, amigos y lectores de mi blog a unirse a mí en orarla. Fue una novena llena de gracia, mientras oraba con mi esposo por otras parejas, por nuestras familias y por nosotros mismos. Recuerdo tan claramente la sensación del movimiento y la gracia de Dios en nuestro matrimonio ese verano”, sostuvo Spencer.

La devoción a estos santos ha sido una fuente constante de fortaleza y consuelo para Spencer. “Leí un hermoso libro de sus cartas, y leer las palabras de Santa Celia a su cuñada, hija y esposo me trajo gran consuelo en un momento en que me sentía abrumada en mi vocación. Ella me enseñó a confiar en Dios, y que incluso las vidas familiares más santas no transcurren sin problemas. Fue útil ver cómo ella siempre mantenía su enfoque en Dios incluso mientras estaba agobiada entre las preocupaciones materiales, dificultades de salud y la pérdida de sus hijos pequeños”, compartió Spencer.

En 2018, Spencer y sus amigos encontraron una novena a los Martin en la Basílica de Nuestra Señora de las Victorias en París, que han traducido al inglés y están compartiendo públicamente. “Estoy orando por matrimonios y familias, por parejas que luchan con la infertilidad y por jóvenes que están discerniendo sus vocaciones".

“¿Te está llamando Dios a orar también?”, concluyó Spencer, invitando a los matrimonios a unirse en la oración.