En un mensaje difundido el martes, Mons. Miguel Cabrejos, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), lanzó una llamada de atención urgente sobre “la cruda realidad” del país, visible en la creciente situación de pobreza que aflige a casi un tercio de los peruanos.

“Como Arzobispo de Trujillo y ciudadano, ante la dolorosa realidad que viven millones de peruanos y peruanas, afectados por la pobreza, me uno al sufrimiento de estos hermanos, que claman por pan, trabajo, salud, seguridad y justicia social”, indicó el 21 de mayo, el también Arzobispo de Trujillo, en la costa norte del Perú.

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Bajo el título “Si se margina a los pobres, la política social se vuelve un fracaso”, el comunicado firmado por el prelado destacó la necesidad imperante de abordar de manera integral las recientes y “desgarradoras estadísticas que revelan la magnitud de la pobreza”.

El reciente informe “Perú: Evolución de la Pobreza Monetaria 2014-2023”, difundido por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), pone de manifiesto que casi un tercio de la población, es decir, 9 millones 780 mil personas, se encuentra en situación de pobreza.

Durante el año 2023, la proporción de pobres monetarios –aquellos que no pueden cubrir el costo de la canasta básica de consumo–, alcanzó el 29%, lo que representa un incremento del 1.5% (casi 600 mil más) con respecto al 2022 y un aumento del 8.8% (3.3 millones) en comparación con los niveles registrados en el 2019, antes del impacto de la pandemia.

La pobreza ha crecido por segundo año consecutivo, algo que no sucedía en más de dos décadas.

Además, la situación de pobreza extrema, que se refiere a hogares incapaces de afrontar el costo básico de alimentos para subsistir, se incrementó hasta alcanzar un 5.7%. Esto equivale a un aumento de 249 mil personas más respecto al año anterior.

“Estas estadísticas revelan la cruda realidad que vive nuestro país. ¿Cómo puede ser posible? Como Iglesia no podemos ser indiferentes ni insensibles y menos aún callar ante tan preocupante situación. El clamor de los pobres y el sufrimiento de nuestro pueblo resuenan con fuerza en el corazón de la Iglesia”, aseguró Mons. Cabrejos.

Más allá de las cifras, el Arzobispo destacó la necesidad de reconocer que “detrás de ellos hay rostros concretos de hermanos nuestros que sufren por la falta de lo necesario para vivir”, y, por lo tanto, la “indiferencia ante la pobreza equivale a ser cómplice de la injusticia y el sufrimiento de nuestros conciudadanos”.

Además, hizo eco de las palabras del Papa Francisco, quien advierte que “si se margina a los pobres, como si fueran los culpables de su condición, el concepto mismo de democracia se pone en crisis y toda política social se vuelve un fracaso”.

Un llamado a los católicos imitar a Jesús

Mons. Cabrejos pidió recordar las enseñanzas de Jesús, quien tuvo una especial preferencia por los más desfavorecidos, enseñando que “la verdadera esencia de la religión implica cuidar de los necesitados”. Asimismo, cita al Papa Francisco, quien clama por “una Iglesia pobre para los pobres”, destacando la importancia de “trabajar por la transformación de las estructuras que generan pobreza”.

Un llamado de acción a las autoridades y sociedad civil

El comunicado también insta a las autoridades y a la sociedad civil a asumir sus responsabilidades en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

“El escándalo de la pobreza debería llevarnos a todos a reflexionar y redoblar nuestros esfuerzos para abordarla con eficiencia y eficacia promoviendo el bien común, y dejando de lado los intereses subalternos y la ostentación que constituyen crueles antitestimonios”, sostuvo.

 Más adelante, Mons. Cabrejos enfatizó en la necesidad de garantizar servicios de calidad en áreas como salud, educación y seguridad social, así como en promover “el acceso equitativo a las instancias de participación ciudadana”.

Finalmente, Mons. Cabrejos hizo un llamado a la solidaridad y la acción conjunta para superar esta crisis humanitaria. Invocó “la maternal ternura de la Virgen María y la intercesión de San Martín de Porres” para iluminar el camino hacia un Perú donde se garantice el desarrollo, especialmente para los más vulnerables.