Antes de recitar la oración del Angelus en Castelgandolfo, el Papa Juan Pablo II envió su bendición a los participantes de las próximas Olimpiadas de Atenas, y auguró que el evento contribuya a la paz entre los pueblos.
“Envío mi cordial saludo a las delegaciones oficiales, a los representantes de las naciones, a los atletas y a cuantos participarán de las olimpiadas”; dijo el Pontífice. Deseo también saludar con especial efusión a la ciudad de Atenas, recordando la cordialidad con la que el pueblo griego me acogió con ocasión de mi peregrinación tras la huellas de San Pablo”, dijo el Pontífice.
“Auguro de corazón que en el mundo, hoy turbado y conmovido por tantas formas de odio y de violencia, el importante evento deportivo de los Juegos constituya una ocasión de sereno encuentro y sirva para promover la buscada paz entre los pueblos”, concluyó.