En una audiencia en el Vaticano esta mañana, el Papa Francisco recibió a un grupo de abuelos y nietos, a quienes destacó la importancia del amor entre generaciones y de valorar y cuidar a los ancianos de las familias, sin excluirlos.
“Los ancianos no deben ser dejados solos, deben vivir en familia, en comunidad, con el afecto de todos. Y si no pueden vivir en familia, debemos ir a buscarlos y estar cerca de ellos. Pensemos un momento: ¿no es mucho mejor un mundo en el que nadie tenga miedo de terminar sus días solo? Claramente sí”, indicó este 27 de abril a los participantes el encuentro “La caricia y la sonrisa” promovido por la Fundación Età Grande.
En este sentido, el Pontífice instó a construir un mundo en conjunto, donde no sólo se elaboren programas de asistencia, sino también “proyectos diferentes de existencia, en los que los años que pasan no se consideren una pérdida que disminuye a alguien, sino un bien que crece y enriquece a todos: y como tales sean apreciados y no temidos”.