Abren causa de beatificación de joven misionera polaca asesinada en Bolivia

Helena Kmiec, joven misionera polaca asesinada en Bolivia que podría llegar a ser santa. 14042024 Helena Kmiec, joven misionera polaca asesinada en Bolivia que podría llegar a ser declarada santa, | Crédito: The Helena Kmiec Foundation

El Arzobispo de Cracovia, Mons, Marek Jędraszewski, anunció la decisión de iniciar el proceso de beatificación y canonización de Helena Agnieszka Kmiec, una joven misionera laica asesinada en Bolivia en 2017, que podría convertirse así en la nueva santa de Polonia, tierra de San Juan Pablo II.

El prelado precisó que, luego de la fase previa iniciada en diciembre de 2022, ha tomado la decisión de abrir oficialmente el proceso de Helena tras haber consultado a la Conferencia Episcopal Polaca y luego de haber recibido el consentimiento del Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano.

“Con este edicto hago un llamado a todos los que tengan algún documento, carta o información sobre la Sierva de Dios, tanto positivos como negativos, para que los envíen a la Curia metropolitana de Cracovia antes del 30 de junio”, resaltó el Arzobispo.

El edicto de la apertura de la causa ha sido publicado este domingo 14 de abril y se leerá en todas las parroquias y capillas de Cracovia, la ciudad del querido Karol Wojtyla, el próximo domingo 21.

Biografía de Helena Kmiec, joven misionera laica

La Sierva de Dios Helena Agnieszka Kmiec nació el 9 de febrero de 1991 en Cracovia. Fue la segunda hija de Jan Kmieć y Agnieszka Bejska. Su mamá murió sólo unas semanas después del nacimiento de la pequeña.

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Su padre se casó luego con Barbara Zając y Helena fue criada “en un hogar lleno de amor, calidez y, sobre todo, de profunda fe”, señala el texto.

Desde 1998 estudió la primaria y secundaria en escuelas de la Asociación de Educadores Católicos en Libiąż, luego estuvo dos años becada en el Reino Unido. Entre 2009 y 2014 estudió ingeniería en la Universidad Tecnológica de Silesia en Gliwice.

El edicto señala que Helena Kmiec iba “a la Santa Misa casi todos los días mientras estudiaba, lo que para ella era un momento muy importante del día”.

En la universidad conoció el Servicio de Voluntariado Misionero Salvator de la Congregación de los Sacerdotes Salvatorianos, y se hizo misionera con ellos. En 2012 fue a Hungría a dirigir un campamento de verano para niños, en 2013 fue enviada a Zambia donde trabajó con niños de la calle y en 2014 a Rumania donde sirvió a jóvenes.

Helena Kmiec en Zambia. Crédito: The Helena Kmiec Foundation

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Antes de ser enviada en una de estas misiones, Helena escribió: “¡Recibí la gracia de Dios, (…) el don gratuitamente dado para dar y tengo que compartir este don! Todas las habilidades que tengo, las habilidades que adquiero, los talentos que desarrollo, no están destinados a servirme, sino a que pueda usarlos para ayudar a otros”.

“El regalo más grande es que conozco a Dios y no puedo guardármelo para mí, ¡tengo que difundirlo! Si puedo ayudar a alguien, hacerlo sonreír, hacerlo más feliz, enseñarle algo, ¡entonces quiero hacerlo!”, agregó.

El asesinato de Helena Kmiec en Bolivia

El 8 de enero de 2017 Helena comenzó su voluntariado en Bolivia, donde pensaba quedarse seis meses. Sólo unos días después de su llegada, el martes 24 de enero, fue asesinada en el Colegio Edmundo Bojanowski, obra de la Congregación de las Siervas de la Inmaculada Concepción de la Beata Virgen María, en la localidad de Pacata en Cochabamba.

Según los informes, dos delincuentes ingresaron a robar y habrían sido sorprendidos por la joven. Uno de estos la atacó con un cuchillo, lo que le causó la muerte.

Helena Kmiec tenía 26 años y esta fue su última misión de voluntariado con Salvator.

Tras su muerte, señala el edicto episcopal de hoy, “surgió espontáneamente entre los fieles una opinión sobre su vida santa y dedicada a Dios y a la Iglesia. Mucha gente oró y sigue orando por su intercesión”.

El edicto concluye animando a que “el ejemplo de la Sierva de Dios pueda ciertamente ser una inspiración para que las personas, especialmente los jóvenes, prosigan su vocación a la santidad con pasión y compromiso a través del voluntariado y la actividad misionera”.

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