¿Qué es el transhumanismo y qué desafíos éticos plantea? Esta es la reflexión de un filósofo católico

Transhumanismo Ilustración en 3D del cerebro humano. | Crédito: Shutterstock

El término “transhumanismo” ha ido ganando protagonismo en los últimos tiempos, suscitando debates sobre el futuro de la humanidad y las implicaciones éticas de las nuevas tecnologías que pretenden ser utilizadas para la modificación del cuerpo humano.

En una reciente entrevista concedida a ACI Prensa, el filósofo argentino Mariano Asla, doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra, ofrece un análisis crítico sobre este controvertido tema.

El transhumanismo, explica Asla, es un movimiento científico y cultural que propone la “modificación de la biología humana mediante la convergencia de las nuevas tecnologías”, como la nanotecnología, la biotecnología, la informática y la ciencia cognitiva. Esta convergencia tiene como objetivo “crear una nueva especie” en la que los límites entre lo biológico y lo artificial “se difuminen por completo”. En palabras del filósofo, se trata de “seres más sanos, más inteligentes, más empáticos y longevos”.

Esta idea de trascender los límites biológicos humanos no es nueva. Se remonta a Julian Huxley, quien acuñó el término en 1957, planteando la posibilidad de que la humanidad evolucione hacia una nueva forma de existencia.

Un ejemplo práctico se produjo a fines de enero de 2024, cuando Neuralink, una empresa de neurotecnología estadounidense propiedad del magnate Elon Musk, implantó un chip cerebral en el primer paciente humano, quien al poco tiempo pudo ser capaz mover el cursor de su computadora sólo utilizando la mente.

La misión de Nauralink, de acuerdo su sitio web, es: “Crear una interfaz cerebral generalizada para devolver la autonomía a aquellos con necesidades médicas hoy no satisfechas y desbloquear  el potencial humano mañana”.

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Uno de los principales desafíos éticos que plantea el transhumanismo, según Asla, es el impacto que tendría en todos los aspectos de la vida humana, desde “la reproducción y el nacimiento hasta la organización social, pasando por la educación, la vida afectiva, el trabajo y el envejecimiento”.

Al modificar radicalmente el cuerpo humano, Asla señala que se está planteando la necesidad de analizar cuidadosamente los posibles beneficios, pero también “los costos, los riesgos y las posibles consecuencias no deseadas”.

“Por ejemplo, si para lograr extender la longevidad de algunos hay que experimentar con personas sanas y exponerlas a riesgos impredecibles, eso no sería moralmente lícito. De igual modo, un reparo moral habitual que se hace a estos planteos es la posibilidad real de generar un aumento exponencial de las inequidades humanas, dando lugar a clases sociales de élite (los mejorados) y clases vulnerables y precarizadas (los naturales)”, advirtió.

Según el filósofo argentino, el mayor desafío que presenta el transhumanismo es el de recuperar una adecuada filosofía y teología del cuerpo humano. En este sentido, destacó el legado de San Juan Pablo II, “un adelantado y una interesante fuente para una defensa de lo que somos”.

Finalmente, Asla hizo referencia al llamado del Papa Francisco a discernir sobre las propuestas transhumanistas desde una mirada ética.

“El Papa Francisco ha demostrado, como los últimos Pontífices, un interés genuino por dar respuesta a los desafíos que presenta nuestro tiempo. En diálogo con otras voces y con la actitud pastoral de asomarse a las periferias, creo que nos invita a todos a revitalizar el mensaje cristiano, a buscar nuevas formas y nuevas iniciativas”, sostuvo.

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Para Asla, este diálogo entre la fe cristiana y las narrativas transhumanistas puede enriquecerse mutuamente, pero “no implica renunciar a la verdad (que no nos pertenece, sino que se nos ha revelado como un don), sino mantener una sincera apertura a todo lo que de bello y bueno el mundo pueda ofrecernos”.

“En definitiva, el mensaje de Cristo es un mensaje profundamente divino y humano, que no pasará nunca de moda y que debe iluminar también el diálogo con las narrativas transhumanistas”, concluyó.


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