El Obispo de Córdoba (España), Mons, Demetrio Fernández, reflexiona en su carta semanal sobre el pasaje evangélico en el que Jesús expulsa a los mercaderes del templo y afirma que en Él, “la ira está movida por la caridad, es ira santa, y es necesaria esa ira para afrontar grandes dificultades, con las que nos encontramos en la vida”.
El prelado señala que “no es fácil explicar” esta perícopa evangélica, pues, consideramos, al reconocernos pecadores, que “toda manifestación de ira y más aún si se expresa violentamente, como en este caso, es algo abominable, es algo impropio del hombre, es pecado”.
Sin embargo, anima a “cambiar de criterio” sobre la idea de que para ser cristiano hay que “recortar el impulso, el coraje, el entusiasmo, la ira, para convertirnos en pacifistas de baja intensidad”.