Esto hizo San Pedro Damián ante un rey que repudiaba a su esposa

San Pedro Damián San Pedro Damián (imagen recortada) | Crédito: Sailko - Wikimedia Commons CC BY 4.0 DEED

El 21 de febrero se celebra a San Pedro Damián, Doctor de la Iglesia y reformador eclesial benedictino. Cuando el rey Enrique IV de Alemania quiso repudiar a su esposa y exigió la nulidad de su matrimonio, San Pedro tuvo una solemne intervención.

En el libro Vidas de los Santos del P. Alban Butler, se narra que en los tiempos de San Pedro Damián (1007-72) el rey Enrique IV de Alemania, quien llegó a ser Emperador del Sacro Imperio Romano, pidió la nulidad del matrimonio que había contraído pocos años antes con Berta, hija de un importante marqués en Italia.

El monarca alegaba que la unión no se había consumado. Tras varias promesas y amenazas de este rey, el obispo de la zona alemana de Mainz (Maguncia) convocó a un sínodo sobre la posible nulidad del matrimonio.

No obstante, el Papa Alejandro II intervino para que no se cometiera una injusticia. Es así que el Pontífice le pidió a San Pedro Damián que presidiera aquel sínodo. El santo, siendo de edad avanzada, llegó por obediencia a Frankfurt y se reunió con el rey y los obispos.

Ante ellos, San Pedro Damián leyó las disposiciones de la Santa Sede y le pidió a Enrique IV respetar la ley de Dios y de la Iglesia. Luego lo exhortó a meditar sobre el escándalo y el mal ejemplo que podría dar.

En ese instante, los propios nobles apoyaron a San Pedro y le rogaron al rey que no afecte su honor y reputación. El libro señala que Enrique IV tuvo que renunciar a su idea de abandonar a su esposa, pero “concibió un odio todavía más profundo por su esposa”.

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De acuerdo a la Enciclopedia Británica, el conflictivo rey, que atacó al papado y llegó a imponer un antipapa, se volvió a casar después que su esposa Berta falleció. Contrajo segundas nupcias con Praxedis de Kiev, quien lo abandonó y lo denunció de graves cargos en medio de los constantes ataques de los que se oponían a su reinado. 

La Enciclopedia Católica precisa que Enrique IV fue hecho prisionero por su propio hijo, Enrique V, concebido junto a Berta. Fue obligado a abdicar, pero aún así buscó volverse a enfrentar a sus enemigos. Murió en Lieja (en la actual Bélgica) cuando su hijo se acercaba al frente de un ejército.

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