El Oratorio de Lourdes en Madrid está a punto de cerrar sus puertas, más de un siglo después

El Oratorio de Lourdes en Madrid, a punto de cerrar sus puertas. El Oratorio de Lourdes en Madrid, a punto de cerrar sus puertas. | Crédito: Hospitalidad de Lourdes

El Oratorio dedicado a Nuestra señora de Lourdes en Madrid (España) está amenazado de cierre, más de un siglo después de su inauguración. Los bisnietos de los fundadores, proyectan vender el inmueble donde se alberga desde 1922, por lo que la Hospitalidad de Madrid, que tiene también sus instalaciones en el edificio, se ve en la necesidad de buscar una nueva sede. 

Situado en el barrio de Chamberí, el Oratorio de Lourdes fue bendecido a las cuatro de la tarde el 6 de enero de 1922 por el entonces Obispo de Madrid-Alcalá entre 1917 y 1922, Mons. Prudencio Melo y Alcalde, en una ceremonia privada, “según ritual”, tal y como se publicó en la edición de la mañana del diario ABC del sábado 7 de enero de 1922

En la crónica se detalla que “la capilla es preciosa y en el altar mayor se venera a la Virgen de Lourdes. También además de otras imágenes, figura un Santo Cristo de tamaño natural, exacta copia del Milagro de Limpias”.

La inauguración del oratorio tuvo lugar el 7 de enero con la celebración de un “solemne triduo” dirigido por el primer rector del oratorio, el P. Toda, según detalla el veterano rotativo español.

Los fundadores del Oratorio fueron los Condes de Sierrabella, Juan de Dios Rodríguez Fraile y María de la Trinidad Santiago-Concha y Tineo, algunos de cuyos bisnietos están tratando de vender el edificio, ubicado en una zona donde el precio medio del metro cuadrado supera los 8.000 euros. 

Según ha podido conocer ACI Prensa, no es la primera vez que el oratorio está en riesgo de ser cerrado a causa de una operación inmobiliaria y de desavenencias con los herederos de los fundadores. Incluso, en los años 90 del siglo pasado la Diócesis tuvo que dejar claro a la propiedad del inmueble que tanto la atención pastoral como el rector dependen de la autoridad eclesiástica. 

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Hasta hace poco, el inmueble, cuya fachada está protegida por las autoridades civiles, estaba en régimen de proindiviso, por lo que no se podía vender. En la actualidad, una vez abierta la posibilidad, hay disparidad de criterios entre los descendientes de los Condes de Sierrabella.

Según ha podido conocer ACI Prensa, el Arzobispado de Madrid llegó a recibir una propuesta para comprar el edificio, en el que se ubica tanto el oratorio como las oficinas de la sede de la Hospitalidad. Sin embargo, la operación nunca se llevó a término debido a algunos condicionantes legales del edificio que exigirían una inversión adicional millonaria que resulta inasumible. 

Una de las particularidades del oratorio, de estilo neogótico, es que sus paredes están cubiertas por placas en las que decenas de hospitalarios y fieles en general agradecen a la Virgen por algunos favores recibidos. 

No ha trascendido por el momento qué destino tendrán estos exvotos, ni las imágenes religiosas presentes en el templo, así como la réplica de la gruta tras el altar. 

Una oportunidad para la Hospitalidad de Lourdes en Madrid

Este viernes 9 de febrero, por tanto, se inicia el que podría ser el último triduo con motivo de la fiesta de la Virgen de Lourdes que se celebre en el lugar, pues está previsto el desalojo para la próxima primavera del hemisferio norte. 

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Esto implica que el oratorio ha de ser desacralizado y que la Hospitalidad de Nuestra de Lourdes en Madrid tiene que desalojar las oficinas anejas al templo en las que los voluntarios desarrollan algunas tareas administrativas, en especial en las semanas previas a las dos peregrinaciones anuales que se organizan en mayo y octubre.

La Hospitalidad es una asociación pública de fieles vinculada al Arzobispado de Madrid que tiene como misión acompañar a enfermos al Santuario de Lourdes, en Francia.

Preguntado por la situación, el consiliario de la Hospitalidad en Madrid, P. Guillermo Cruz, considera que, a pesar del trastorno que pueda causar este traslado es “una oportunidad” para que los hospitalarios reflexionen también sobre el sentido de su misión. 

Respecto del oratorio, el P. Cruz explica que “es un lugar que ha estado abierto al culto público, que han disfrutado sobre todo fieles que viven en las inmediaciones”, pero no es el único lugar donde se puede rezar a la Virgen de Lourdes en Madrid. 

De hecho, hay réplicas de la gruta de Masabielle, donde tuvieron lugar las apariciones en 1858, en varias parroquias de la Archidiócesis. Así, el consiliario se pregunta si tiene sentido mantener a toda costa el oratorio dadas las condiciones particulares del inmueble y los deseos de sus dueños. 

La oportunidad está, por otro lado, en encontrar una nueva sede, que cuente con un espacio grande donde poder realizar actividades de la Hospitalidad durante el año, con un pequeño oratorio también, y al tiempo, ofrezca la posibilidad de servir de almacén.

En la actualidad, la Hospitalidad cuenta con un almacén “donado muy generosamente” en el barrio de Chamartín, al norte de la ciudad, que por diferentes motivos no puede ser utilizado como sede de la Hospitalidad, por lo que se barajan diferentes opciones. 

Será en este lugar donde se realice todo el proceso de inscripción para la próxima peregrinación que se realizará del 15 al 19 de mayo. 

Por otro lado, esta circunstancia coincide con el inicio del proceso de revisión de los estatutos de la Hospitalidad de Madrid para adecuarse, en cuanto que Asociación Pública de Fieles, al decreto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida publicado en junio de 2021 sobre el ejercicio del gobierno en estas entidades. 

El documento vaticano puso fin a los mandatos vitalicios, salvo para los fundadores, y limita el ejercicio del poder interno a dos mandatos de 5 años cada uno. El objetivo es evitar “formas de apropiación del carisma, de personalismo, de centralización de funciones, así como expresiones de autorreferencialidad, que fácilmente conducen a graves violaciones de la dignidad y la libertad personales, e incluso a verdaderos abusos”.

La Hospitalidad de Madrid se encuentra realizando este proceso de reflexión, que durará tres años.

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