Águeda Rey fue diagnosticada de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en 2010. Su neuróloga le dijo que tenía “una de las peores enfermedades que se conocen en el mundo”, pues no tiene cura. Abrazada a la fe, lucha por ser “apóstol del sufrimiento”, lo que no le impide pedir por su sanación.
La ELA es una enfermedad que afecta a las neuronas que controlan el movimiento de los músculos voluntarios, situación que empeora lentamente a lo largo del tiempo.
En una reciente entrada en su blog Reflexiones del alma, que inició en 2011, ha explicado lo que significa para ella, 14 años después de ser diagnosticada, en un momento avanzado de su enfermedad, vivir el apostolado en su sufrimiento.