El 24 de enero es la fiesta de San Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia y patrono de los periodistas y escritores católicos. En la historia de este gran santo hay un hecho poco conocido en el que vio discutir a un nuevo sacerdote con su propio ángel de la guarda por una particular razón.

En el libro La Vida de San Francisco de Sales, obispo y príncipe de Ginebra se narra que este gran Doctor de la Iglesia ordenó sacerdote a una persona que tenía un don especial del Señor: el nuevo presbítero podía ver a su propio ángel de la guarda.

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Tras la ordenación presbiteral, el sacerdote se quedó en la puerta del templo, haciendo gestos como para que alguien avance delante de él. San Francisco de Sales lo observó y sospechó lo que sucedía. Luego lo llamó a un lado y le preguntó al recién ordenado lo que estaba pasando.

El presbítero, con total normalidad, le contó que discutía con su ángel de la guarda y le explicó lo siguiente: “Antes de que me ordenaran sacerdote él solía caminar delante de mí; pero ahora insiste en darme preferencia”.

El libro señala que San Francisco de Sales se quedó muy impresionado y que se acordó de San Francisco de Asís, quien decía tener la costumbre de saludar primero a un sacerdote y recién después a su ángel bueno.

El texto indica que el Doctor de la Iglesia siempre recordó este hecho y que lo mencionaba a los candidatos que querían ser ordenados para que comprendieran la gran dignidad y responsabilidad que es ser sacerdote.