Libertad de obispos muestra que Dios y la oración son más grandes que la dictadura, afirman

Rolando Álvarez Nicaragua 17012024 Mons. Rolando Álvarez | Crédito: Diócesis de Matagalpa

El exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, la investigadora Martha Patricia Molina y un obispo hondureño comentaron sobre la reciente liberación de dos obispos, sacerdotes y dos seminaristas de Nicaragua, y su deportación a Roma. En opinión del primero, esto demuestra que “las oraciones y el poder de Dios son más grandes que cualquier dictadura criminal”.

El 14 de enero la dictadura de Daniel Ortega deportó a dos obispos, 15 sacerdotes y dos seminaristas que mantenía cautivos, y los envió al Vaticano. Entre ellos se encuentran Mons. Rolando Álvarez, Obispo de Matagalpa; y Mons. Isidoro Mora, Obispo de Siuna.

En declaraciones a EWTN Noticias, McFields resaltó que esta es “la mejor noticia del año. Nos llena de fe, de alegría y de esperanza. Los religiosos fueron liberados gracias a las oraciones del pueblo nicaragüense, a esa perseverancia e insistencia”.

“Esto, hay que ser sincero, no significa que la persecución contra la Iglesia haya terminado, sigue latente mientras haya dictadura. Pero sí queda claro que las oraciones y el poder de Dios son más grandes que cualquier dictadura criminal”.

Para el exembajador, la decisión de la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, de deportar a este grupo de obispos, sacerdotes y seminaristas, busca “mostrar su control sobre la Iglesia, su poder para reprimir, para perseguir”.

Sin embargo, “quedan al desnudo como cobardes y mentirosos, porque todos los señalamientos y acusaciones contra la Iglesia se han desplomado: que todas son artimañas jurídicas y no hay ninguna acusación de peso contra la Iglesia”.

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McFields también destacó los recientes pronunciamientos del Papa Francisco, la presión del gobierno de Estados Unidos y de la comunidad internacional para lograr la liberación de los 19 religiosos.

Torturas en las cárceles de Nicaragua

Para Martha Patricia Molina, autora del informe Nicaragua, ¿Una Iglesia perseguida? que denuncia cientos de ataques contra los católicos en el país, la noticia de la liberación es importante y le dio “tranquilidad, paz y emoción”.

Molina aprovechó para recordar que “en las cárceles de Nicaragua se practican más de 40 mecanismos de tortura, tratos crueles inhumanos y degradantes, que estaban siendo utilizados con los sacerdotes. Ahora están en una libertad, con una seguridad jurídica que les va a proporcionar Roma”.

En un informe publicado en 2021, Molina detalló la lista de torturas que sufren los presos en las cárceles de Nicaragua, como por ejemplo la asfixia con bolsas plásticas, las celdas tienen luz las 24 horas para evitar que duerman, el aislamiento total, golpes con alambres de púas, entre muchas otras.

La investigadora, que vive en el exilio, comentó a EWTN Noticias que también sintió “algo de tristeza porque sé que sus comunidades quedan muy acongojadas porque sus líderes espirituales se han ido, y además porque siempre el destierro y este tipo de salidas forzadas son delitos de lesa humanidad que continúa cometiendo la dictadura Ortega – Murillo, no solamente en contra de la Iglesia Católica, sino en contra de todos los nicaragüenses”.

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“Nicaragua es un Estado criminal que no respeta la ley. La Constitución política no permite el destierro de los nacionales ni tampoco arrebatarle la nacionalidad a una persona que nació en Nicaragua”, señaló.

Ya no hay sacerdotes en las cárceles pero sí laicos

En su conversación con EWTN Noticias, Molina indicó que aunque “ya no hay sacerdotes en las cárceles de Nicaragua”, aún permanecen presos “30 laicos que trabajan en sus diócesis. Incluso no conocemos algunos de sus nombres, pero sus familiares nos han informado que están allí”, en prisión.

Además, advirtió, “no podemos descartar que en las próximas horas la dictadura vuelva a secuestrar a otros sacerdotes para iniciar un nuevo proceso de negociación, ya sea con el Vaticano u otro país, para seguir desterrando sacerdotes”.

“La dictadura sandinista busca destruir la verdad que emana del Evangelio y desaparecer por completo a la Iglesia Católica de Nicaragua. Es algo que no va a lograr pero es lo que busca”, aseguró.

Tres seminaristas

Al ser preguntada sobre si eran tres o dos seminaristas los que hacían parte del grupo de deportados a Roma, la investigadora precisó que “efectivamente eran tres seminaristas los que estaban encarcelados, pero uno de ellos fue inmediatamente puesto en libertad después de haber sido secuestrado”.

“Es un seminarista de la Diócesis de Jinotega, de apellido Castiblanco. Él ya se encuentra en libertad y creo que fuera del país, y por eso no estaba incluido entre los religiosos que fueron enviados a Roma al destierro”, indicó.

Es una expulsión

Mons. José Antonio Canales, Obispo de Danlí (Honduras), declaró a EWTN Noticias que lo sucedido con este grupo de deportados no es exactamente “una liberación en el sentido estricto de la palabra. Lo que todos ellos hubieran deseado era retornar a sus hogares donde servían como pastores. Los seminaristas a sus estudios, los obispos y sacerdotes a sus labores sin condiciones”. 

“Para mí esta expulsión es una situación bastante lamentable, para ellos y para la Iglesia nicaragüense, que se ve impedida ahora del servicio que estos hermanos obispos y sacerdotes estaban prestando”, señaló.

Mons. Canales resaltó que la dictadura puede “golpear la institucionalidad de la Iglesia, su jerarquía y organización, pero donde no van a poder entrar es en el corazón de los nicaragüenses”.

“Los invito a que se mantengan firmes en la fe como la primitiva comunidad cristiana, que tuvo que vivir en la clandestinidad y que salió airosa”, concluyó.

Mons. Rolando Álvarez: Más de 18 meses secuestrado por la dictadura

El Obispo de Matagalpa, conocido defensor de los derechos humanos y crítico del régimen de Daniel Ortega, fue obligado a permanecer recluido dentro de su casa desde inicios de agosto de 2022, junto a algunos sacerdotes, seminaristas y un laico.

Dos semanas después, casi habían quedado desabastecidos de alimentos, la policía nicaragüense irrumpió en la casa y se llevó secuestrado a Mons. Álvarez rumbo a Managua, la capital del país, donde lo sometieron a arresto domiciliario.

En medio de un cuestionado proceso, la dictadura lo condenó el 10 de febrero de 2023 a más de 26 años de cárcel, acusándolo de “traidor a la patria”. Desde entonces, ha sido recluido en la prisión conocida como “La Modelo”, a la que son enviados los presos políticos del régimen.

De otro lado, Mons. Isidoro Mora fue arrestado por las autoridades nicaragüenses el 20 de diciembre de 2023, en medio de una ola de secuestros del régimen contra sacerdotes católicos que sumó más de 15 detenciones sólo en ese mes. Mons. Mora había celebrado la Misa un día antes en Matagalpa, donde había alentado a los fieles a rezar por Mons. Rolando Álvarez.

Colaboró con este artículo Bárbara Socorro, periodista de EWTN Noticias.

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