Este 10 de enero se conmemora al Beato Gregorio X, quien fue elegido Papa sin ser sacerdote y mientras servía con los cruzados. Se dice que San Buenaventura influyó en su elección con una célebre frase que cambió la historia de la Iglesia.
En el libro Vidas de los Santos del historiador P. Alban Butler se indica que el Beato Gregorio X, cuyo nombre civil era Teobaldo Visconti (1210-1276), era natural de Piacenza (Italia). Además, llegó a ser archidiácono en Lieja (Bélgica), un antiguo cargo eclesiástico con funciones en la administración diocesana.
Más adelante, por orden del Papa Clemente IV partió como predicador en una cruzada por Tierra Santa. De acuerdo a la Diócesis de Arezzo (Italia), donde se conservan las reliquias del Beato, él se desempeñó en Palestina “como capellán de los cruzados”.