Mons. Gänswein celebró la Misa por el primer año de la muerte de Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro

Mons. Georg Gänswein ante la tumba de Benedicto XVI. Mons. Georg Gänswein reza ante la tumba de Benedicto XVI, el 31 de diciembre de 2023. | Crédito: Elizabeth Alva / ACI Prensa.

Una elección de fe contemplativa y misionera para seguir formando a la Iglesia Católica como familia. Esta fue la elección de Benedicto XVI, según Mons. Georg Gänswein, quien fuera su secretario personal.

Mons. Gänswein presidió la celebración de la Misa a las 8:00 horas (hora local) del 31 de diciembre en la Basílica de San Pedro, y a la que asistieron los cardenales Gerhard Müller y Kurt Koch.

A las 9:34, la hora exacta a la que falleció Benedicto XVI hace un año, sonaron las campanas de la Basílica de San Pedro.

La homilía de Mons. Gänswein fue una larga reflexión sobre la familia basada en las palabras de Benedicto XVI. "Vivir en profunda comunión con Jesús, como María", indicó el arzobispo, "para poder contagiar los corazones de los hermanos y hermanas: esta es una dimensión fundamental de una Iglesia atractiva y misionera. En los años después de su renuncia al ministerio petrino, Benedicto XVI se dedicó principalmente a esta dimensión de la vida de fe".

Y en relación con San José, Mons. Gänswein recordó que "Benedicto XVI llevaba no sólo el nombre de José, sino que también trataba de imitar a su Patrón, sobre todo con su profundo amor a Jesús y a María, y su fidelidad a una vida cotidiana marcada por la oración y el trabajo. Para él, el corazón de cada día era la Eucaristía, fuente de luz, fuerza y consuelo”.

“También cultivaba fielmente la Liturgia de las Horas y el rosario, oraciones que conferían a su día su estructura. La relación íntima con el Señor se reflejaba luego en las relaciones con las personas a su alrededor, destacadas por una gran cordialidad, humildad y sencillez, y también en su trabajo teológico y pastoral, siempre orientado al primado de Dios y a la edificación de la Iglesia”.

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Y concluyó: “en la Eucaristía, el misterio de la Navidad permanece presente, en la Eucaristía la Iglesia es edificada como la familia de Dios, en la Eucaristía estamos unidos con todos los fieles, incluidos los santos y nuestros seres queridos difuntos. En la Eucaristía permanecemos unidos también con Benedicto XVI, sinceramente agradecidos a Dios por el don de su vida, la riqueza de su magisterio, la profundidad de su teología y el ejemplo luminoso de este ‘simple y humilde trabajador en la viña del Señor’”.

Inmediatamente después de la celebración de la Misa, Mons. Gänswein fue invitado a una conferencia, realizada con el apoyo de EWTN, que durante dos días recordó a Benedicto XVI, con reflexiones sobre su legado moral y la centralidad de Cristo en su vida.

Mons. Gänswein, en inglés recordó con emoción algunos momentos de los años en los que Benedicto XVI fue Papa Emérito. Nunca eligió un tipo de funeral y se dedicó a la oración, un verdadero ejercicio espiritual para su secretario, que aprendió cómo prepararse para la vida eterna. La guía para el Papa Benedicto es lo que está escrito en la Spe salvi, una esperanza que en los últimos años estaba en primer lugar en cada momento de la vida.

Benedicto XVI era un ejemplo de preparación para la vida eterna que, según Mons. Gänswein, “vale más que todos mis estudios de escatología”. Para él, Jesús era realmente un amigo al que había frecuentado toda su vida.

El arzobispo habló de las homilías privadas y expresó su esperanza de que Benedicto XVI pronto se convierta en santo y en Doctor de la Iglesia.

Un día antes, la vida, la enseñanza y el legado del fallecido Papa fueron los temas de las ponencias del profesor Vincent Twomey y del P. Federico Lombardi, de la Fundación Ratzinger. Sobre la cristología de Benedicto XVI hablaron el Cardenal Gerhard Ludwig Müller y Matthew Bunson, vicepresidente de EWTN News, quien recordó que “ciertamente Dios toca al hombre de muchas maneras, incluso fuera de los sacramentos. Pero siempre lo toca a través del hombre Jesús, que es Su auto-mediación en la historia y nuestra mediación en la eternidad. Cristo no es sólo una mera teofanía, una apariencia de Dios, sino más bien en Él el ser de Dios mismo entra en unidad con el ser del hombre”.

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El Cardenal Kurt Koch propuso una reflexión sobre “La muerte de Benedicto XVI a la luz de la vida eterna”, explicando cómo “a los ojos del Papa Benedicto, la cuestión de la justicia constituye el tema esencial, o en todo caso, el argumento más fuerte, a favor de la fe en la vida eterna”.

El profesor Ralph Weimann, al concluir, dijo: “Papa Benedicto XVI era un ‘colaborador de la verdad’, esto no se reflejaba sólo en su lema episcopal, sino también en su estilo de vida. Cuando pronunció sus últimas palabras ‘Señor, te amo’ al final de su vida, lo dijo todo. Expresaba el hecho de que este amor es más fuerte que la muerte y que permaneció en este amor incluso en el momento de la muerte”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI Stampa.

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