Y concluyó: “en la Eucaristía, el misterio de la Navidad permanece presente, en la Eucaristía la Iglesia es edificada como la familia de Dios, en la Eucaristía estamos unidos con todos los fieles, incluidos los santos y nuestros seres queridos difuntos. En la Eucaristía permanecemos unidos también con Benedicto XVI, sinceramente agradecidos a Dios por el don de su vida, la riqueza de su magisterio, la profundidad de su teología y el ejemplo luminoso de este ‘simple y humilde trabajador en la viña del Señor’”.
Inmediatamente después de la celebración de la Misa, Mons. Gänswein fue invitado a una conferencia, realizada con el apoyo de EWTN, que durante dos días recordó a Benedicto XVI, con reflexiones sobre su legado moral y la centralidad de Cristo en su vida.
Mons. Gänswein, en inglés recordó con emoción algunos momentos de los años en los que Benedicto XVI fue Papa Emérito. Nunca eligió un tipo de funeral y se dedicó a la oración, un verdadero ejercicio espiritual para su secretario, que aprendió cómo prepararse para la vida eterna. La guía para el Papa Benedicto es lo que está escrito en la Spe salvi, una esperanza que en los últimos años estaba en primer lugar en cada momento de la vida.