El informe de síntesis del Sínodo de la Sinodalidad, que del 4 al 29 de octubre se reúne en Roma, está a punto de ser culminado, aumentando las expectativas y tensiones sobre lo que podría contener este documento fundamental.

Una versión final del texto —que se espera sintetice los acontecimientos del Sínodo, enfocado en cómo hacer que la Iglesia Católica pueda incluir mejor a todos sus miembros—, será presentada el sábado por la mañana a los 363 participantes con derecho a voto. Se espera que la votación para su aprobación se dé en la tarde y que el documento final sea publicado a última hora de la noche.

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Asimismo, se espera que la síntesis incluya los puntos de consenso alcanzados dentro de la asamblea, en la que se dialogó sobre temas como la inclusión y la gobernanza de la Iglesia, pero también los asuntos en los que hubo desacuerdo. Los organizadores han descrito el documento como meramente “transitorio”, con un “estilo simple” y una extensión “relativamente corta” de 40 páginas.

Aunque el informe de síntesis no es un documento sinodal final que se le presentará al Papa Francisco, es ampliamente visto como un punto crítico de inflexión que preparará el escenario para el paso final del Sínodo de la Sinodalidad, un proceso de consulta global de varios años que el Santo Padre inició en octubre de 2021.

Además, el texto servirá de puente entre la asamblea de este mes y una segunda sesión sinodal prevista para octubre de 2024, que por su parte ofrecerá propuestas concretas al Papa.

Por lo tanto, “transitorio” o no, el documento es altamente significativo, ya que cerrará la puerta a algunos temas y puntos de vista, mientras garantiza que otros sigan siendo parte de la conversación sinodal.

Escrutinio significativo

Quedan preguntas clave sobre cómo el texto representará con precisión la diversidad de puntos de vista que han surgido durante las cuatro semanas de discusión, especialmente con informes difundidos que indican la presencia de una tensión significativa dentro del Aula Pablo VI y preocupaciones que emergen sobre el proceso que se utiliza para hacer enmiendas al borrador final del texto, que los miembros del Sínodo recibieron el miércoles por la mañana.

Fuera de la sala, los contenidos esperados del documento ya se han convertido en fuente de importantes especulaciones en los medios, y algunos se centran en si el informe “dirá algo nuevo”. Otros están más preocupados por si su descripción de las opiniones de la asamblea reflejará con precisión lo que realmente ocurrió dentro de la sala del Sínodo, una pregunta difícil de responder dado el limitado acceso público a los acontecimientos sinodales.

Los organizadores del Sínodo saben que al informe de síntesis le espera un significativo escrutinio externo.

“Somos muy conscientes de que este Sínodo será evaluado sobre la base de los cambios perceptibles que resultarán de él”, señaló el lunes el Cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo de la Sinodalidad.

Borrador filtrado

Sumándose al escrutinio que rodea al informe de síntesis, ayer se publicó una nota basada en una versión bajo embargo del borrador inicial, lo que sugiere que varios miembros del Sínodo han solicitado cambios significativos en el texto antes de su finalización.

Publicado por el medio The Pillar, el borrador del informe indicaba que un número no revelado de obispos había planeado “rechazar” elementos controvertidos incluidos en el documento de 40 páginas. Entre estos se encuentran una propuesta para establecer un sínodo permanente para asesorar al Papa, una descripción de cómo medir el “consenso de los fieles” para “determinar si una doctrina o práctica particular pertenece a la fe apostólica”, la introducción de asambleas continentales y la caracterización que hace el documento de las opiniones de la asamblea sobre la ordenación de mujeres que, según las fuentes consultadas por The Pillar, era una posición claramente minoritaria.

The Pillar también informó que algunos delegados habían expresado su preocupación por no tener tiempo suficiente para leer el documento antes de la fase de enmienda, que tuvo lugar el jueves.

Cuestiones de procedimiento

Quedan preguntas de procedimiento sobre cómo se puede enmendar la síntesis final y cómo se aprobará en última instancia.

Después de recibir el borrador inicial el miércoles por la mañana, el texto fue revisado en una Congregación General por la tarde, durante la cual los participantes pudieron pronunciar breves discursos sobre su contenido.

Luego, el jueves, los miembros del Sínodo revisaron el borrador del texto en sus círculos menores, de los cuales hay 37, cada uno con alrededor de 10 miembros votantes.

Cada círculo menor revisó el documento párrafo por párrafo y discutió los cambios deseados antes de votar las enmiendas, llamadas “modi” (modos). Los modi pueden pedir “la eliminación, adición o reemplazo de pasajes” en el borrador, como explicó a inicios de semana Paolo Ruffini, presidente de la Comisión de Información del Sínodo de la Sinodalidad.

Para aprobar la enmienda a un párrafo, se requería la mayoría simple en cada círculo menor.

Un miembro del Sínodo explicó que, a diferencia de los informes de los círculos menores a inicios del proceso, estas enmiendas fueron entregadas directamente a los organizadores, sin una presentación a toda la asamblea.

Los debates sobre estas enmiendas fueron descritos como particularmente polémicos, dada la conciencia de los participantes de que esta sería su última oportunidad de influir en el contenido del informe de síntesis.

La configuración también levanta dudas sobre qué tan bien podrán los redactores del Sínodo incorporar los comentarios de la asamblea en el texto final, especialmente porque se ha presentado una cantidad significativa de enmiendas. Según la rueda de prensa del viernes, se han recogido 1.025 enmiendas en los círculos menores y luego otras 126 adicionales por parte de personas individales.

En la rueda de prensa también se confirmó que los miembros votarán para aprobar el texto párrafo por párrafo. Cada párrafo necesitará para su inclusión la aprobación de las dos terceras partes de los delegados presentes. Se desconoce qué pasaría si alguno no recibe suficiente apoyo de la asamblea y cómo eso podría afectar el informe final.

Una vez aprobada la síntesis, esta se usará de alguna forma como consulta adicional con la Iglesia Universal, que se espera tenga lugar entre la finalización de esta primera sesión y el inicio de la asamblea sinodal de octubre de 2024, cuyos detalles fueron discutidos y votados por los miembros del Sínodo esta mañana.

Antes de esas deliberaciones, el Cardenal Hollerich señaló que se espera que los participantes en el Sínodo regresen a sus Iglesias locales para compartir “los frutos de su trabajo” y acompañar “aquellos procesos locales que nos proporcionarán los elementos para concluir nuestro discernimiento el próximo año”.

Una cosa es segura: si bien quedan etapas adicionales del Sínodo de la Sinodalidad, lo que contenga el informe de síntesis que será presentado mañana desempeñará un papel fundamental en la configuración del proceso en el futuro.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente enCNA.