En un fallo que indignó a diversos grupos civiles, la Corte Europea de Derechos Humanos falló en contra de una madre franco-vietnamita que reclamó el reconocimiento de los derechos de su hijo no nacido, abortado por culpa de un médico que se equivocó de paciente.
El trágico caso ocurrió en 1991, cuando la ciudadana francesa de origen vietnamita Thi-Nho Vo acudió a un hospital de Lyons para un control médico de rutina en su sexto mes de embarazo. La mujer, que entonces todavía no hablaba francés, fue atendida por un médico que la confundió con una paciente del mismo apellido que solicitó ese día que le removieran un dispositivo intrauterino.
El médico pinchó el útero de la mujer embarazada y perforó la bolsa de líquido amniótico. Unas semanas después, perdió a su hijo.