Los armenios en la región separatista de Nagorno-Karabaj, también conocida como Artsaj, acordaron deponer las armas y disolver sus fuerzas militares luego de una breve pero intensa ofensiva de Azerbaiyán el 19 de septiembre.
Aunque reconocida internacionalmente como parte de Azerbaiyán, la región de Nagorno-Karabaj está compuesta casi en su totalidad por cristianos de etnia armenia que reclaman su soberanía autoproclamándose como la República de Artsaj.
El ataque azerí, denominado “medidas antiterroristas” por su gobierno, incluyó disparos de cohetes y morteros contra objetivos militares y civiles, según las autoridades de Artsaj.