Por su parte, Mons. Bolen resaltó: “Los obispos, junto con las iglesias de Canadá, están avanzando en la dirección que nosotros hemos tomado porque reconocemos, como ha expresado el Papa Francisco, que el sistema de escuelas residenciales, como sistema, fue catastrófico para los pueblos indígenas. Fue un resultado de la colonización. Existe una legítima necesidad de disculparse, de participar en proyectos que apoyen la lengua y la cultura indígenas, de aprender una nueva forma de caminar juntos”.
De otro lado, el Arzobispo de Vancouver, Mons. J. Michael Miller, se mostró de acuerdo con Mons. Smith y Mons. Bolen, y explicó que en su arquidiócesis trabajan “diligentemente para profundizar las relaciones con los líderes indígenas” de su región. “Esto ha resultado en una colaboración significativa en la construcción de monumentos conmemorativos, programas de curación e incluso investigaciones de antiguos sitios de escuelas residenciales”.
No es la primera vez que el Obispo Emérito de Calgary cuestiona el relato imperante de las escuelas residenciales en Canadá. Ya lo hizo en 2016, cuando le escribió a Carolyn Bennett, entonces ministra federal de Asuntos Aborígenes y Desarrollo del Norte, cuestionando los hechos de sus comentarios públicos que atribuían toda la responsabilidad a la Iglesia Católica.
En esa misiva, el Prelado le dijo a Bennett que “las obligaciones morales de la Iglesia se cumplen casi a diario. Ojalá pudiera decir lo mismo del gobierno y del sistema legal. Le sugiero encarecidamente que se saque la viga de su propio ojo antes de intentar sacar la astilla del ojo de otra persona”.