El P. Ignazio Sierra, sacerdote de la Archidiócesis de Oristán en Cerdeña (Italia) se ha propuesto desvelar el misterio del origen de la Madonna di Spagna, una talla del siglo XV que arribó a las costas sardas en la primavera de 1937.
Fue el 26 de marzo de aquel año cuando el pastor Daniele Zou, descubrió medio enterrada en la arena de una playa, en la costa occidental de Cerdeña, una escultura de madera que representa a la Virgen María y al Niño Jesús.
A la Virgen le falta un brazo y, al Niño, una pierna. La policromía original se perdió. Además, la zona ventral está quemada. El pastor decidió llevarla hasta su cabaña, donde le construyó un altar al que acudía cada día con flores.