A días del aniversario de los devastadores bombardeos nucleares de Hiroshima y Nagasaki, Mons. David J. Malloy, presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), emitió una declaración advirtiendo que la amenaza de una guerra nuclear sigue vigente.
En ella insta a los católicos a rezar por los líderes que tienen el control de las miles de armas nucleares que existen, para que opten por el control de tales instrumentos de guerra.
El 16 de julio de 1945, en el contexto del Proyecto Manhattan, se llevó a cabo la primera detonación de un arma nuclear en el desierto de Nuevo México, lo que marcaría el comienzo de una era de destrucción masiva. Tres semanas después, el 6 y el 9 de agosto de 1945 respectivamente, Hiroshima y Nagasaki en Japón sufrieron los terribles ataques atómicos que cobraron la vida de decenas de miles de personas y dejaron un legado de devastación y sufrimiento en la historia de la humanidad.