La joven estudiante de 25 años, Mahoor Kaffashian, traslada al Papa cómo ha aprendido la virtud de la fortaleza a través de su complicada vida: "Tengo fe, fuerza y coraje". Nacida en Irán, fue refugiada en Ucrania, donde le sorprendió la guerra.
Esta experiencia le hizo sentir "como una superviviente", pese a lo cual mantiene la fe -"soy creyente"- y reconoce que debe su esperanza en el futuro a la Universidad Católica Portuguesa que la acogió.
La joven describió cómo ha experimentado "la constante sensación de estar sin hogar, sin familia, sin amigos" y que, tras quedarse "sin casa, sin universidad, sin dinero", ha descubierto el concepto de fortaleza.