Es cierto que hoy, queridos amigos, muchas cosas pueden detenerlos, con la posibilidad de reemplazar la realidad verdadera, a la que sólo se llega caminando hacia los otros, tal como realmente son, por la apariencia virtual de un mundo que elegimos. Un mundo que elegimos frente a una pantalla y que con un clic se puede cambiar por otro.
La virtualidad nos mantiene sentados, frente a medios que fácilmente nos utilizan, creyendo que los estamos utilizando nosotros. Muy por el contrario, la realidad verdadera nos pone en camino, y nos lleva al encuentro con los demás y con el mundo tal como es, tanto para admirarlo como para hacerlo mejor.
Agradecemos a los medios de comunicación por permitirnos conocernos mejor, a nosotros mismos, a los demás y al mundo. Agradezco a los medios que permiten que esta Misa llegue a todas partes del mundo. Vivimos mediáticamente y no sabríamos vivir de otro modo. Contemos con su apoyo, pero no nos privemos de caminar por nuestros propios medios, pongámonos en contacto directamente con la realidad que nos toca a nosotros, a todos.
Valió la pena el camino que hiciste hasta llegar aquí y encontrarte en estos días, en la autenticidad de lo que eres, en las cualidades que traes, tú y todos, cada uno, de cada tierra, lengua y cultura diversas. Nada puede reemplazar este camino personal y grupal, entrecruzándose el camino de todos.