Entonces le prometió que "si le concedía lo que le estaba pidiendo, cuando el niño tuviese la edad adecuada lo llevaría a un monasterio y en él lo consagraría al servicio del Señor".
En ese momento, apareció Santa María Magdalena "sobre la superficie del mar" y la llevó hasta tierra firme. Todos perecieron, menos la madre embarazada.