Vaticano califica de “doloroso” el cierre de escuelas católicas en el mundo

Dos dicasterios del Vaticano publicaron una carta dirigida a agentes educativos en la que consideran "doloroso" el cierre de escuelas católicas en el mundo. 

La carta, firmada por los prefectos de los dicasterios vaticanos para la Cultura y la Educación y para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, fue publicada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede este miércoles 28 de junio.

"Cuando se asiste al doloroso cierre de una escuela, se apaga un lugar que identifica y custodia una porción de esperanza", se lee en el mensaje firmado por los dos prefectos, el Cardenal João Braz de Aviz y el Cardenal José Tolentino de Mendonça. 

"En efecto, cuando se cierra un colegio diocesano o religioso, se borran del ambiente educativo las huellas de la historia de esa Iglesia local, del carisma inconfundible de esa familia religiosa", continúa la misiva.

El informe explica que el 22 de mayo de 2023 tuvo lugar en el Vaticano una reunión con los protagonistas de la red mundial de escuelas católicas, quienes contaron "de primera mano las potencialidades y desafíos de la misión educativa". 

El texto detalla las razones por las que la convocatoria se lleva a cabo por dos dicasterios en vez de uno: "Porque una parte muy importante de las más de 240.000 escuelas católicas que hacen de la Iglesia uno de los protagonistas mundiales de la educación primaria y secundaria" están dirigidas por religiosos.

Los dicasterios del Vaticano coinciden en valorar la labor de los profesores, las familias, el personal de administración y servicios que forman la comunidad educativa global. 

"Gracias a todas las familias que, aprovechando la competencia formativa de la comunidad cristiana, educan a sus hijos e hijas en alianza educativa con las escuelas católicas". 

También los cardenales agradecieron a todas las instancias eclesiales "que invierten considerables energías humanas y recursos financieros en el mantenimiento de las escuelas antiguas y en la creación de otras nuevas".  

En las últimas líneas de la carta, se insiste en que las escuelas católicas deben "hacer coro" para llevar adelante "la misión educativa", a favor de "la dignidad de la persona humana".