El Papa Pío IX, que recordaba haber rezado ante el ícono cuando era niño, cuando este se encontraba en la Iglesia de San Mateo, pidió que volviera a su ubicación original en la ruta de peregrinación entre las basílicas de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. En aquella época, la orden de los Redentoristas había construido una iglesia en el lugar de la antigua Iglesia de San Mateo.
En 1866, el ícono fue llevado en una gran procesión por las calles de Roma hasta la iglesia de San Alfonso de Ligorio de los Redentoristas, donde fue entronizado sobre el altar mayor. La noticia de las curaciones milagrosas se extendió rápidamente por toda la ciudad de Roma y la gente acudía por centenares a visitar el santuario.
La iglesia de San Alfonso de Ligorio alberga el icono bizantino original, que siempre se encuentra sobre el altar mayor de la iglesia. Crédito: Courtney Mares / CNA
El mismo Papa Pío IX acudió a la iglesia para rezar ante el Ícono dos semanas después. Su sucesor, León XIII, guardó una copia de la imagen en su escritorio para verlo constantemente durante su jornada laboral.