A 50 años del golpe de Estado, obispos uruguayos llaman a consolidar la democracia

Por Julieta Villar

27 de junio de 2023

Jun 27, 2023

Uruguay conmemora este 27 de junio el 50° aniversario del golpe de Estado que dio comienzo a la dictadura cívico militar que rigió el país hasta 1985.

En ese marco, los miembros del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal del Uruguay compartieron una reflexión en la que destacan el valor de la democracia, la dignidad humana, la participación, la libertad, la solidaridad, la reconciliación y la paz.

Los obispos señalan que el rompimiento del Estado de Derecho de 1973 fue "una tragedia para nuestro país", con hechos "que atentaron contra la dignidad humana" y que hoy son "heridas que nuestra sociedad no ha logrado sanar".

Luego hicieron referencia al estado de "democracia plena", al que se llegó varios años después, y al que llamaron a "valorar más allá de los problemas coyunturales" de la sociedad.

En ese sentido, recordaron la homilía pronunciada el 25 de agosto de 1973 por el entonces Arzobispo Coadjutor de Montevideo, Mons. Carlos Parteli, publicada con el título "En este momento de nuestra Patria", y que hablaba de "valores esenciales a salvaguardar". 

En primer lugar, mencionaron el valor de la dignidad humana, que afirma que "nadie puede ser privado de los derechos inalienables de su naturaleza humana, ni carecer de los bienes espirituales y materiales que le son necesarios para llevar una vida conforme con su dignidad".

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Con el golpe de Estado, la proscripción de personas, organizaciones sociales y partidos, se privó a los uruguayos de otro de los valores enumerados por Mons. Parteli: la participación en la responsabilidad de la vida social, en las decisiones que importan al bien común.

A esos fines, consideraron, "es indispensable la libertad entendida como facultad de actuar responsablemente".

"Tan grande es ese don de la libertad, que el propio Dios se encarnó y dio su vida por ella. Cristo murió en la cruz para vencer el pecado, que es la raíz de todas las servidumbres", citaron.

Desde esa libertad, señalaba Mons. Parteli, se hace posible la solidaridad, porque "solo quien puede liberarse de la esclavitud del propio egoísmo está en condiciones de abrirse a los demás, de sentirse solidario con sus semejantes, de amar a su Patria sirviéndola".

Y tal como expresaba el entonces arzobispo coadjutor, recordaron la importancia de "colaborar para encontrar una salida a la crisis y emprender una nueva etapa en la historia de la Patria".

Por eso, cincuenta años después, los obispos llamaron al desafío "de colaborar a la reconciliación de nuestro pueblo y a seguir consolidando la democracia que entre todos construimos".

Finalmente, rezaron a la Virgen de los Treinta y Tres, patrona de Uruguay, para que "interceda por todos los que habitamos esta bendita tierra para que, en nuestra pluralidad, recorramos en unidad esos caminos".

El golpe de Estado de 1973

Hacia 1973, varios años de tensiones y procesos revolucionarios provocaron una crisis del sistema político marcado por la lucha armada, que llevó a declarar el "estado de guerra" en el país.

Las movilizaciones sociales tuvieron como respuesta un avance autoritario, favorecido por un recurso constitucional llamado MPS (Medidas Prontas de Seguridad). 

El 27 de junio de 1973, el presidente Juan María Bordaberry, miembro del Partido Colorado, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, disolvió el Parlamento y creó un Consejo de Estado.

Este suceso marcó el inicio de doce años de dictadura cívico-militar, que ejerció control sobre los espacios o colectivos que se percibían como enemigos del régimen, y se extendió por el país.

El período estuvo marcado por la persecución política, el secuestro, la tortura, la desaparición forzada de personas y su traslado clandestino a través de las fronteras.

La institucionalidad democrática fue reinstalada el 1 de marzo de 1985.