Victoria Soto era una maestra cristiana de origen puertorriqueño en el colegio Sandy Hook en Connecticut (Estados Unidos) que logró salvar la vida de 17 niños el día de la masacre perpetrada por Adam Lanza, que dejó como trágico saldo la muerte de 27 personas, entre ellos 20 pequeños.
Soto, de 27 años, reaccionó rápidamente cuando escuchó los disparos en el aula vecina que Lanza había efectuado. Le dijo los 17 niños a los que estaba dando clase que los ruidos eran parte de un juego y que para ganar debían esconderse en los armarios del salón de clase y permanecer en silencio. Los pequeños la obedecieron.
Según diversos medios locales, cuando Lanza ingresó al aula, Victoria le dijo que los niños estaban en clase de gimnasia pero la explicación no convenció al homicida. Él abrió fuego contra uno de los armarios y ella se colocó entre las balas y los niños para protegerlos lo que le costó la vida.