Octava de Pascua (Martes 2 de abril)


Evangelio según San Juan, capítulo 20, versículo 11 al 18

Aparición a la Magdalena y a los apóstoles.

11 Pero María se había quedado afuera, junto al sepulcro, y lloraba. Mientras lloraba, se inclinó al sepulcro, 12 y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. 13 Ellos le dijeron: "Mujer, ¿por qué lloras?" Díjoles: "Porque han quitado a mi Señor, y yo no sé dónde lo han puesto". 14 Dicho esto se volvió y vio a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quien buscas?" Ella, pensando que era el jardinero, le dijo: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré". 16 Jesús le dijo: "Mariam". Ella, volviéndose, dijo en hebreo: "Rabbuní", es decir: "Maestro". 17 Jesús le dijo: "No me toques más, porque no he subido todavía al Padre; pero ve a encontrar a mis hermanos, y diles: voy a subir a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios". 18 María Magdalena fue, pues, a anunciar a los discípulos: "He visto al Señor", y lo que Él le había dicho.

Comentario

16. María Magdalena, la ferviente discípula del Señor, es la primera persona a la que se aparece el Resucitado. Así recompensa Jesús el amor fiel de la mujer penitente (Luc. 7, 37 ss.), cuyo corazón, ante esa sola palabra del Señor, se inunda de gozo indescriptible. Véase 12, 3 y notas: "Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo puro de gran precio, ungió con él los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos, y el olor del ungüento llenó toda la casa". Sobre esta cena de Betania véase también Mat. 26, 6 ss.; Marc. 14, 3 ss. Según S. Crisóstomo y S. Jerónimo, esta María, hermana de Lázaro de Betania, no sería idéntica con la pecadora que unge a Jesús en Luc. 7, 36 - 50. En cambio, otras opiniones coinciden con la Liturgia que las identifica a ambas, como se ve en la Misa de Santa María Magdalena, el 22 de julio, y consideran que la actitud amorosa y fiel de Magdalena al pie de la Cruz y en la Resurrección (19, 25; 20, 1 - 18), es muy propia de aquella que en Betania escuchaba extasiada a Jesús (Luc. 10, 38 ss.).

 

Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios