Martes 29 de enero

Evangelio según San Marcos, capítulo 3, versículo del 31 al 35

La verdadera familia de Jesús

31 Llegaron su madre y sus hermanos, y quedándose de pie afuera, le enviaron recado, llamándolo. 32 Estaba sentada la gente alrededor de El y le dijeron: "Tu madre y tus hermanos están fuera buscándote". 33 Mas El les respondió y dijo: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" 34 Y dando una mirada en torno sobre los que estaban sentados a su alrededor, dijo: "He aquí mi madre y mis hermanos. 35 Porque quien hiciere la voluntad de Dios, ése es mi hermano, hermana y madre".

Comentario

31. Admiremos la modestia en esta actitud de la Virgen Madre, concordante con la conducta silenciosa y oculta que siempre le vemos observar frente a la vida pública de Jesús.

32. Tus hermanos: Véase la nota a Mat. 12, 46.

34. Jesús no desprecia los lazos de la sangre; pero les antepone siempre la comunidad espiritual (Luc. 11, 28 y nota: Jesús no repite los elogios tributados a María, pero los confirma, mostrándonos que la grandeza de su madre viene ante todo de escuchar la Palabra de Dios y guardarla en su corazón (2, 19 y 51). "Si María no hubiera escuchado y observado la Palabra de Dios, su maternidad corporal no la habría hecho bienaventurada" (S. Crisóstomo). ).
María es la bendita, más porque creía en Cristo que por haberlo dado a luz (S. Agustín).

 

Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios