Lunes 3 de diciembre

Evangelio según San Mateo, capítulo 8, versículos del 5 al 11


5 Cuando hubo entrado en Cafarnaúm, se le aproximó un centurión y le suplicó, 6 diciendo: "Señor, mi criado está en casa, postrado, paralítico, y sufre terriblemente". 7 Y El le dijo: "Yo iré y lo sanaré". 8 Pero el centurión replicó diciendo: "Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo, mas solamente dilo con una palabra y quedará sano mi criado. 9 Porque también yo, que soy un subordinado, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: "Ve" y él va; a aquél: "Ven", y viene; y a mi criado: "Haz esto", y lo hace". 10 Jesús se admiró al oírlo, y dijo a los que le seguían: "En verdad, os digo, en ninguno de Israel he hallado tanta fe". 11 Os digo pues: "Muchos llegarán del Oriente y del Occidente y se reclinarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos".

Comentario

5. El centurión del ejército romano mandaba a cien soldados. Aquí se trata de un militar al servicio de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea.

8. Palabras de humildad incorporadas a la Liturgia de la santa Misa.

Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios


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